La búsqueda de Marta se frena en el vertedero tras 40 días sin resultados

La pregunta de dónde está Marta del Castillo sigue sin respuesta tres meses después de su desaparición. A las 14.00 de ayer los investigadores interrumpieron la búsqueda del cadáver en el vertedero de Sevilla, al no haber hallado pistas después de escudriñar más de 40.000 toneladas de basura. El ex novio de la adolescente, Miguel Carcaño, cambió su versión inicial que situaba el cuerpo en el río Guadalquivir, para luego sostener que éste había sido arrojado a un contenedor. De este modo, el pasado 20 de marzo el magistrado ordenó a la policía judicial que examinara las montañas de basura donde la joven pudo ser arrojada. Hasta ayer. Los investigadores consideran que la búsqueda ha concluido sin frutos al sobrepasar las basuras donde supuestamente debía encontrarse la joven, de resultar verídico el último testimonio de Carcaño. Ahora la policía elabora un informe sobre la búsqueda, que entregará al juez en los próximos días, para que éste decida si prosigue o interrumpe los trabajos en el vertedero.

Fuentes de la investigación aclararon ayer que la búsqueda se ha interrumpido por parte de los técnicos, pero que el parón definitivo deberá decretarlo el juez en un auto, si así lo estima oportuno. "Ahora estamos a la espera. A disposición de lo diga su señoría", señaló ayer uno de los investigadores. De todos modos, ante el freno, la conclusión lógica es que el enésimo relato de Miguel Carcaño, que situaba el cuerpo de la joven en el contenedor cercano a su casa en la calle León XIII, es falso. La interrogante que planea ahora sobre el caso es dónde proseguir la búsqueda. La próxima semana el juez decidirá al respecto.

La esperanza de que aparezca en el río es cada vez más remota, aunque los buzos expertos en desapariciones recordaban cómo en ocasiones los cadáveres se quedan atrapados en las profundidades de un río con mareas muy intensas y muchas particularidades que complican el frecuente rastreo de cadáveres.

El esfuerzo de los cuerpos de seguridad para localizar el cuerpo de la joven hasta ayer ha sido inaudito. Unos 226 agentes se movilizaron desde el primer día en que comenzó la búsqueda en el río. Pero también un equipo de perros especializados, buzos, e incluso un rastrillo fabricado especialmente para localizar el cadáver en el fondo del río. Posteriormente, los equipos especializados en tratamiento de basuras contaron con máscaras y equipos de oxígeno para peinar cada bolsa donde pudiera ocultarse una pista, una prenda, el cuerpo de Marta. Los especialistas de la empresa Tecner han peinado las montañas de basura acompañados de excavadoras y camiones que han trasladado cada montaña de basura.

Y sin embargo, durante tres meses no ha habido huella del presunto arma homicida (un cenicero o un cable), ni del cadáver de la joven. "No han localizado nada" relativo al crimen, recordó a Europa Press el padre de la joven, Antonio del Castillo. El padre había sido informado por la policía sobre el repliegue del dispositivo el día anterior, y justo al mediodía de ayer, cuando los técnicos y máquinas excavadoras finalizaron su tarea, le telefonearon para indicarle que "no se ha encontrado nada".

Sobre el caso pende la gran incógnita del cadáver, cuya aparición significaría un vuelco decisivo y que aportaría muchas claves, a pesar del tiempo transcurrido y del estado en que se encontrará el cuerpo tres meses después. De momento, la última novedad notable ha sido la imputación de María G. M., la novia del hermano de Miguel Carcaño.

El juez la considera colaboradora del grupo supuestamente implicado en el crimen (Miguel Carcaño, su hermano, Samuel Benítez y Javier El Cuco). El peso de las mentiras prevalece sobre las evidencias en este complejo caso judicial.