"El silencio permite descubrimientos maravillosos"

Nadie podría imaginar que a este hombre de largo pelo entrecano y ojos azulísimos le saludan como a un ídolo cuando camina por las calles de Bombay. "No soy una estrella de Bollywood, pero algunos me reconocen", admite azorado Prem Joshua, un alemán de la Selva Negra que de joven sintió la llamada de la cultura oriental y se colgó la mochila rumbo a India, Pakistán, Irán, Afganistán y Turquía. Allí aprendió a tocar el sitar y la flauta de bambú y formó un cuarteto (junto a otro alemán, un indio y un japonés) con el que ha rubricado 14 discos muy apreciados en los circuitos de ritmos étnicos.

El sábado, con 50 años, debutaba en un teatro español. Su concierto en el teatro Fernán-Gómez sirvió para inaugurar el Mantras Festival, un ciclo que también incluye a la tibetana Yungchen Lhamo y al indio Sri Venugopal Goswami. Pese a las apariencias, Joshua se dice también "amante del gran rock clásico" y no practica el yoga. "Sólo 10 minutos por las mañanas de five tibetans, cinco ejercicios muy sencillos para tipos perezosos como yo".

"La sensación de irrealidad de las drogas no basta para componer"

Pregunta. Usted debía de ser algo parecido a un hippy.

Respuesta. Algo parecido: ¡era un hippy de libro! Pero pronto me di cuenta de que aquello no era lo mío. Buscaba algo más que pasarlo bien y consumir drogas, así que me puse a estudiar música en serio. La sensación de irrealidad de las drogas no basta para componer, yo me propuse aprender una cultura.

P. Le llaman gurú...

R. Los gurús tienen que ver con el plano espiritual de la vida, pero el término está tan trillado que ahora no paras de cruzarte con gurús por la calle... Prefiero pensar en mí mismo como un profesor no demasiado bueno.

P. ¿Puede disfrutarse su música al margen la mística?

R. ¡Absolutamente! La música es un mensaje de belleza al alcance de cualquiera. Oriente y Occidente ya no se dan la espalda.

P. ¿Pero escuchar sus discos puede ser curativo?

R. Todo aquello que se hace con pasión lo tiene.

P. Rubio y teutón, ¿nunca se sintió en la India como un intruso?

R. Jamás. Siempre me trataron como si estuviera en casa. Pero en algún país musulmán me han lanzado piedras a la espalda.

P. ¿Qué valor tiene el silencio?

R. Fundamental. El ruido es la mayor fuente de contaminación. Yo necesito una dosis de silencio y de no hacer nada diariamente.

P. ¿Y encuentra tiempo?

R. Siempre lo hay; otra cosa es que te lo quieras consentir. El silencio conduce a descubrimientos maravillosos.

P. Dos curiosidades más: ¿es cierto que la música oriental favorece las artes amatorias?

R. ¡Sí! Está más centrada en la melodía y eso siempre invita al romanticismo.

P. ¿Le gustó Slumdog millionaire?

R. Refleja bien la vida de los suburbios, y eso mola. Pero la historia de amor es muy comercial y me da rabia que A. R. Rahman haya entregado una de sus bandas sonoras más superficiales.

. Entradas en entradas.com, telentrada.com y en el teléfono 902 488 488.

Mantras Festival. Sri Venugopal Goswani: martes 5 de mayo a las 20.30 en el teatro Lara