Sin despeinarse
Los Lakers abren la eliminatoria con un fácil triunfo sobre los Jazz
Sobrados. Sin necesidad de gastar más energía de la precisa, como teniendo presente que la travesía de los play offs es muy larga, los Lakers se apuntaron la primera victoria frente a los Jazz y dejaron la sensación de que este enfrentamiento no tendría que durar mucho. Cierto es que los Jazz suelen convertir su cancha en un fortín de complicado asalto, pero las cosas distan mucho de estar como en 2008, cuando los angelinos sudaron para meterse en la final del Oeste. Mientras unos han dado un paso adelante, los otros lo han dado hacia atrás y la diferencia parece excesiva.
Existen dos tipos de lecturas sobre un primer partido de estas eliminatorias. La que se circunscribe a cuestiones puntuales y que se basa en actuaciones y la que se refiere a asuntos de fondo, estructurales. Los Lakers ganaron más por lo segundo que por lo primero. No necesitaron las mejores versiones de sus componentes, salvo un excelente Ariza, sino que les bastó con un poco de cada uno. Su superioridad surgía de forma natural porque de talento ofensivo van sobrados, por lo que encontraban la forma de manejar el choque a su antojo, incluso cuando perdieron al principio del tercer cuarto parte de la renta acumulada en un demoledor primer tiempo.
LOS ÁNGELES LAKERS 113 - UTAH JAZZ 100
Los Ángeles Lakers: Fisher (8), Bryant (24), Ariza (21), Gasol (20: 7 aciertos en 11 tiros de 2 puntos y 6 aciertos en 6 libres; 9 rebotes, 1 asistencia y 4 bloqueos) y Bynum (7) -cinco inicial-; Brown (9), Walton (5), Vujacic (-), Powell (6), Farmar (-) y Odom (13).
Utah Jazz: Williams (16), Brewer (6), Korver (7), Boozer (27) y Collins (7) -cinco inicial-; Millsap (15), Miles (6), Kirilenko (8), Knight (-) y Harpring (8).
Árbitros: Eliminaron por personales a Gasol.
Staples Center: 18.997 espectadores. Los Lakers se colocan 1-0 en la eliminatoria.
Todo lo contrario que Utah, al que se le ven las costuras. La baja de Okur en un conjunto limitado ha terminado por convertirle en algo muy alejado del duro y rocoso rival al que nadie quería tener delante. Pero si algo tiene una Liga tan larga es que cada uno está donde le toca. Si Utah fue octavo en el Oeste fue por algo.
El duelo se rompió en el primer periodo. Los Jazz aguantaron el primer tirón, protagonizado por Ariza y Gasol, ante la complaciente mirada de Bryant, que decidió mostrar su lado más solidario buscando a sus compañeros, hasta el extremo de que su primer lanzamiento fue en el minuto 8 y su primera canasta en el 10 (30-19).
Williams, para muchos el mejor base de la Liga, recompuso un poco a su equipo mediante asistencias, pero bastó que Bryant decidiese que ya era tiempo para buscar sus puntos para que el partido pareciese que no iba a dar mucho de sí (62-40 en el descanso).
No fue para tanto. Más que nada, por la querencia que tienen los de Phil Jackson para dilapidar ventajas con la misma facilidad con que las consiguen. Salieron con una buena empanada del vestuario y se tomaron el tercer cuarto de relax, por lo que Utah, gracias a los problemas que causaban los dos contra dos, que manejaba a la perfección Williams y solían terminar en Boozer, salió del agujero (72-63).
La duda era saber hasta qué punto la remontada tenía como base la mejora de unos o la relajación de otros. Fue más de esto último, pues se demostró que la goma la manejaban a su antojo los Lakers. Gasol, a pesar de no controlar bien su aspecto defensivo ante Boozer, tuvo su protagonismo en la etapa decisiva. Del resto ya se ocupó Bryant. Al final, fueron 13 puntos de margen en el marcador y algunos más en las sensaciones dejadas. Nadie se cree que los Lakers pasen excesivos apuros en este primer peldaño hacia el título. Ni siquiera unos Jazz venidos a menos.
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