El Málaga se estanca ante el Mallorca

El Málaga recibió al Mallorca con la moral henchida, espoleado por la victoria ante el Villarreal la pasada jornada. Sigue tocando con la punta de los dedos el cielo de los puestos de UEFA. Pero el empate de ayer, por mucho empeño que puso en un alocado tramo final, le aleja un poco más.

La Rosaleda se encontró de buenas a primeras un partido que tensaron ambos equipos, esperando a ver quién rompía primero la cuerda. Así anduvieron durante media hora, más pendientes de rebajar los ánimos rivales que de alimentar los suyos propios. El cuadro de Tapia se encomendaba a las bandas y a los afilados cuchillos de Duda y Eliseu. Mientras, el conjunto mallorquín descosía la zaga local a golpe de contrataques. Pero ni Webó ni Castro inquietaban a Goitia.

Alguien tenía que romper la calma chicha. Y ese fue Scaloni al borde del descanso. No porque abriera la lata para el Mallorca, sino porque le abrió una brecha en la cara de Adrián, después de ponerle la bota en la mejilla. La jugada acabó en un contragolpe visitante, que Castro mandó lejos de la portería. La indignación de los chicos de Tapia fue tal, que tras la vuelta de los vestuarios aún la mostraban. Y vaya si les envalentonó. Diez minutos después, Apoño empalmó desde el balcón del área un rechace de Ayoze que se coló en la red de Lux.

Abierta la caja de los truenos, le tocó el turno al conjunto de Manzano. Poco tardó Arango en dar la respuesta. A balón parado, con un latigazo seco y pegado al palo izquierdo de Goitia. Igualado el marcador, el Málaga echó el resto. Salva tuvo la victoria en su cabeza y Duda en sus botas. Pero ni uno ni otro estuvieron acertados. Sí lo estuvo Goitia, que en el último suspiro desvió un remate a bocajarro de Keita y salvó a los de Tapia de caer derrotados ante un Mallorca que logró estancar el empuje del cuadro andaluz.