Se venden hoteles con pasado
El jeque Al-Waleed se desprende del Savoy de Londres y del Raffles de Singapur. El Negresco francés peligra
Antes los hoteles no eran lugares de paso, en ellos los ricos se quedaban largas temporadas. Si se quería formar parte de la llamada "alta sociedad" o ser un artista de fama había que hospedarse en el Savoy si se estaba en Londres, en el Raffles si el destino era Singapur y en el Negresco cuando se iba a Niza. Son hoteles con historia por los que pasaron aristócratas, millonarios, políticos, artistas... todo aquel que decía ser alguien. Ahora su futuro está en el aire. El Savoy y el Raffles los han puesto a la venta y el Negresco pasará a manos de una fundación.
El magnate y príncipe saudí Al-Waleed bin Talal busca comprador para el Savoy y el Raffles. La venta se ha acelerado porque su fortuna, con inversiones inmobiliarias en todo el mundo y propietario del 5% de Citigroup, ha sufrido una importante merma por culpa de la crisis financiera mundial. En la última lista de millonarios de la revista Forbes, el saudí descendió del puesto 13º al 22º, con una fortuna estimada en 13.000 millones de euros.
El príncipe compró el Savoy hace dos años. Con su llegada comenzó una nueva etapa. Se desprendió de parte de su mobiliario, como las camas en las que durmieron Humphrey Bogart, Charles Chaplin y María Callas o el piano en el que tocó Frank Sinatra. Y prometió revitalizarlo. No lo ha logrado. Y lo vende en 220 millones.
Winston Churchill fue un gran fan del establecimiento, situado entre el Strand y el Támesis, en el que asistía a las reuniones del The Other Club, cofundado por él en 1911 y donde tuvo lugar su última aparición pública antes de su muerte. Inaugurado en 1889, en el Savoy se han hospedado desde el tenor Enrico Caruso a Marilyn Monroe y desde Mick Jagger a Oscar Wilde, que se veía en el hotel con su amante, lord Alfred Douglas. La familia real británica lo ha utilizado para celebraciones privadas y en él se hospedan cuando van a Londres los Reyes de España.
El Raffles de Singapur es otro de los pocos hoteles del siglo XIX que quedan en el mundo, todo un símbolo legendario de las fábulas del Oriente exótico, una mezcla de jardín tropical y arquitectura clásica. Está considerado como el mejor del Asia colonial. Son muchas las películas que han recurrido a sus estancias para rememorar el lujo. Ahora el príncipe también lo vende. Todavía no tiene precio.
Jeanne Augier, de 86 años, viuda sin hijos, es la dueña del mítico Negresco de Niza. Ayer anunció que legará toda su herencia a una fundación que transferirá sus beneficios a asociaciones caritativas dedicadas al cuidado de animales abandonados. El futuro del hotel de los famosos en la Costa Azul queda también en el aire.
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