_
_
_
_
_
Análisis:
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Rascacielos de Manhattan

Estrella de Diego

Cuando el viento sopla -y el viento sopla con frecuencia en Nueva York- parece correr más deprisa entre el gran vacío. Mueve las lonas en el espacio en construcción. No se trata de un espacio cualquiera -sólo con pasar cerca se presiente. La superficie desnuda, dramática y vallada se alza invisible a ras del suelo. Se eleva más alta que las torres más altas, corriendo apresurada tras la fractura honda que dejaron los rascacielos al hacerse añicos. No están. Queda, igual que tras la muerte de los que más amamos, la estela triste de un agujero que nada llenará o nunca de la misma manera.

Y los que las vieron desde la ventana de casa y los que las siguieron para orientarse entre la cuadrícula en la isla de Manhattan, las persiguen ahora incrédulos en medio del recuerdo: cuánto tiempo ha pasado desde aquel septiembre fatídico. Se nos derrumbaron delante de los ojos y no supimos poner nombre a aquel suceso extraordinario que había ocurrido en la ficción -montaje maldito.

Después pensaron que aquellas imágenes trucadas -torres en llamas- eran una suerte de presagio: por eso rebuscaron en los archivos y las borraron. Borrarlo todo, incluso las torres antes del impacto, vigía, luminosas como un cuadro de Mondrian estirándose para sorber el cielo. Las arrasaron de la representación igual que los aviones al chocar las excluyeron, a su modo, del relato. Mejor no recordarlas como fueron un día.

Qué extraña forma de duelo, borrar cada recuerdo de los muertos para que duelan menos. Qué poco eficaz sobre todo. Al llegar desde el aeropuerto se divisa el perfil de la isla: se enumeran los edificios, faltan dos siempre. Se las echa de menos, pariente próximo, amante fugitivo, vecino amable... Tal vez por eso proliferan por el mundo esas muestras de rascacielos esculturales e inútiles, empeñados en alzarse sobre el resto, a cualquier precio, como si el resto no existiera. Pero de poco sirve obviarlas: las ausencias son la forma más contundente de presencia. Lo pensaba el otro día paseando por la muestra de Retratos de Nueva York en La Casa Encendida y proveniente de la colección del MOMA -por cierto, qué calidad de copias y no solamente de imágenes, frente a este tipo de colecciones se tiene una certeza terrible: nunca llegaremos a tener un museo de arte contemporáneo de primera fila pues, aunque pudiéramos poseer las imágenes, no conseguiríamos atesorar copias de una calidad tan deslumbrante. No era ése mi único pensamiento durante el paseo: las instantáneas eludían las Torres Gemelas, imagen del dolor o hasta considerada de mal gusto. Pese a todo cada mirada las buscaba, se interrogaba sobre aquella falta elocuente.

Aunque también es posible que el silencio tácito se deba a algo más banal que el dolor: dinero y poder. Es posible que hablar de las torres no sea hablar de "los caídos", sino de una trama compleja que planea sobre una de las zonas más caras de la tierra. De los manejos oscuros entre las estructuras de poder implicadas en la reconstrucción de la "zona cero" -banqueros, políticos, abogados y arquitectos- habla el libro del brillante historiador de la arquitectura Franceso Dal Co. Zona Cero, escrito con el estilo elegante al cual nos tiene acostumbrados su autor, es casi un historia de detectives... y de terror. No es, así, extraño que este librito -pocas páginas e intensas, lo que hace al artefacto mucho más sexy- comparta colección con Arte y terror de Ángel González, que tampoco hay que perderse. Ambos volúmenes han sido editados por Mudito & Co. Y caben en el bolsillo de la gabardina. No hay excusa para no llevárselos a casa. Un regalo inesperado en este mundo absurdo de excesos, poder y especulación.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_