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Gran Premio de Malaisia
Columna
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Agua y fuego

El agua de una tormenta implacable apagó ayer el fuego del infierno de Sepang. A diferencia de otros años, las temperaturas por encima de los 60 grados en el cockpit y las tremendas exigencias de refrigeración de frenos y motor del circuito de Malaisia han perdido protagonismo ante el agua, que ha revolucionado a pilotos e ingenieros en una pugna apasionante por acertar con la estrategia óptima de paradas y neumáticos. ¡Muchas escuderías tienen que ponerse las pilas! Hoy, por cierto, también iba de pilas porque este GP era una prueba importante para el KERS y sus baterías eléctricas. En fin, muchos ingredientes para un menú que ha sido delicioso, pero que se ha quedado sin postre porque la carrera se ha suspendido tras 32 vueltas. Tras vibrar con el Gran Premio y analizar el baile de neumáticos intermedios y de agua extrema, la polémica sobre los difusores, o el prometedor papel del KERS en las salidas y en algunos duelos entre monoplazas, y sobre todo ante la ausencia de las grandes escuderías de los primeros puestos, dos de las preguntas claves son: ¿Cuánto cuenta el coche y cuánto el piloto en la F1 actual y qué le espera a Fernando Alonso para el resto de 2009?

La F1 exige una combinación perfecta entre coche y piloto, así que los dos elementos son fundamentales. ¿Cuál cuenta más? La diferencia entre un buen piloto y un pilotazo con talla de campeón del mundo está entre tres y seis décimas en la mayoría de los casos. En cuanto a los monoplazas, la tecnología puede contar bastante más (incluso más de un segundo). Tomemos por ejemplo a Fernando en su R29 y a Button en el BGP001. Como el británico es uno de los pilotos más finos de la F1 podríamos estimar la diferencia en pilotaje en unas 3 décimas a favor de Fernando. En cuanto a sus coches, el R29 es alrededor de 1 segundo más lento que el Brawn. Así, en el mejor de los casos, Fernando podría rodar a siete décimas del inglés. Acertar con la fórmula mágica puede aupar a cualquier piloto al liderato. Sin embargo, a los grandes pilotos no se les distingue sólo por su posición final sino por los detalles que dejan en las carreras. Fernando ha deslumbrado hoy en la salida, ayudado por una dosis de talento a raudales y por el KERS, pero otros grandes nombres como pueden ser en ocasiones Vettel, Kubica, Hamilton o Button deben ser admirados por su valentía y pericia en los adelantamientos, por mantener la cabeza bien fría en los momentos clave y sobre todo por luchar al máximo hasta el final, vayan primeros o últimos.

Lo realmente complicado es predecir el futuro del R29. El coche tiene una base prometedora para evolucionar y una buena fiabilidad. Sin embargo, la velocidad punta no es competitiva y por ello los ingenieros de Renault le disminuyen la carga aerodinámica (alerones más horizontales) perjudicando su estabilidad en frenada al entrar en una curva y su velocidad de paso por curva. Mucho falta por evolucionar en el monoplaza de Alonso, pero estoy convencido de que la temporada será francamente mejor que 2008. La meta es alcanzar a un cohete como el Brawn de Button, quien ha ganado ¡tras parar cuatro veces! (Heidfeld, segundo, sólo hizo una parada). Tan superior es el BGP001 que al empezar la tormenta Button también optó por neumáticos de agua extrema directamente, pues en Malasia las lluvias suelen ser torrenciales desde el principio, pero tuvo tiempo de volver a entrar para cambiar a intermedios cuando vio que Glock marcaba tiempos demoledores, y al percatarse en boxes de que las ruedas de éste estaban muy desgastadas, salió, dio una vuelta, volvió a parar, y puso gomas de agua extrema. ¡Con un monoplaza así cualquier puede diseñar la estrategia!

Renault trabaja sin descanso para darle a Fernando un arma competitiva. No nos engañemos, habrá que esperar todavía unas carreras y ojalá que para entonces Brawn no esté ya a demasiados puntos de distancia. Hoy ni el agua ni el fuego han ayudado al campeón español. El KERS, al menos, sí.

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