España ya tiene gimnasta

Los últimos cuatro años han sido duros para la gimnasia femenina española. Tras una década ganando medallas en Mundiales, Europeos, incluso en los Juegos Olímpicos, el equipo de Jesús Carballo se hundió en 2004. No había niñas, ni en número ni por carácter y calidad, para sustituir a la gran Elena Gómez y compañía. Hasta que llegó Ana María Izurieta, nacida en Guayaquil (Ecuador), pero moldeada desde los nueve años por el seleccionador y su equipo en Madrid. Ayer, con 16, logró la cuarta plaza en los Europeos de Milán, algo que no ocurría desde 2000. A falta de un aparato la española era tercera, pero un par de errores en suelo (hoy está en la final, Teledeporte, 10.30 y 21.30) la dejaron a casi un punto de las medallas.

"Ana tiene que madurar y decidir si quiere ir a por todo porque condiciones le sobran", decía Carballo en uno de los últimos entrenamientos antes de volar a Milán. Este es el primer año que Izurieta se entrena mañana y tarde y vive con el equipo. La gimnasta respondió en el tapiz, sin fallar, con la seriedad y potencia que caracteriza su gimnasia. Logró la segunda mejor nota en salto (14,850). En este Europeo de caras nuevas, como todos tras los Juegos, la mejor nota la pusieron las rusas, lideradas por la campeona, la diminuta y elegante Semenova, que va para estrella y de las grandes.