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Reportaje:Gran Premio de Malaisia

"Lo siento; no soy un embustero"

Lewis Hamilton y McLaren se disculpan públicamente para evitar daños mayores por parte de la FIA

Todo parecía indicar que el caso había quedado cerrado el jueves. Pero bastó una insinuación de un miembro de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA), en el sentido de que mentir a los comisarios era un asunto tan grave que podría ser incluido en la agenda del próximo Consejo Mundial, para que McLaren reaccionara de forma fulminante. Tras la descalificación de Lewis Hamilton y la pérdida de la tercera posición, McLaren no parecía dispuesto a mover de nuevo pieza. Pero ayer todo se precipitó y Martin Whitmarsh, director del equipo, se vio obligado a tomar medidas: suspendió de sus funciones a Dave Ryan, director deportivo de McLaren, y mandó a Hamilton a disculparse en una multitudinaria conferencia de prensa. Eran los dos que habían mentido. Tal vez eso, y el arrepentimiento del equipo, calmará a Max Mosley, presidente de la FIA.

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"Siento mucho todo lo ocurrido. No soy un mentiroso ni una persona deshonesta. No lo he sido en toda mi vida", aseguró Hamilton con ojos llorosos y absolutamente compungido ante los medios. "Yendo hacia la reunión con los comisarios, el domingo por la tarde, no tenía intención de... Sólo quería contar la historia y explicar lo que ocurrió. Pero fui instruido y engañado por mi director técnico para ocultar información. Y eso es lo que hice. Me disculpo ante los comisarios por hacerles malgastar su tiempo y por parecer que les tomaba por tontos. Y quiero también disculparme ante el equipo, los aficionados y todos los fans. No soy embustero ni deshonesto. Sólo soy un miembro de un equipo que cumplió instrucciones. Me arrepiento por ello y les aseguro que no volverá a ocurrir".

Ni Lewis Hamilton ni McLaren hicieron nada mal en la pista. El domingo en el Gran Premio de Australia, Hamilton adelantó a Jarno Trulli cuando éste se salió del trazado a dos vueltas del final con el safety car en pista. Aquello le dio la tercera posición, tras una remontada espectacular. Pero tenía tantas dudas en la cabeza y estaba tan atemorizado que llamó a su equipo para saber si lo que había hecho era correcto. "Lo último que quería era que me sancionaran", confesó el piloto.

El equipo tenía aún más temores. Y le aconsejó que se dejase pasar de nuevo porque no se puede adelantar con el safety car en pista. Se equivocaron, pero Hamilton obedeció, aminoró la marcha y cedió el paso a Trulli a quien no le quedó más remedio que adelantar. Hasta ahí todo había sido correcto. Pero al final de la carrera, el piloto italiano de Toyota fue sancionado por haber superado a Hamilton con banderas amarillas, y ni el británico ni su equipo, representado por Dave Ryan, reconocieron que habían provocado el adelantamiento. Mintieron de forma descarada ante los comisarios. Y el jueves, tras escuchar los mensajes de radio entre Hamilton y McLaren y las declaraciones del piloto a la televisión tras la carrera, volvieron a ser llamados por los comisarios y quedaron patentes todas sus mentiras.

Hamilton basó ayer la defensa en su honestidad personal, traspasando todas las culpas a su director deportivo y a la disciplina de equipo. Pero omitió que él tiene ya 24 años y suficiente capacidad de raciocinio como para tomar decisiones por su cuenta. Esa capacidad es la que le convirtió el año pasado en el campeón del mundo de F-1 más joven de la historia.

"Cada vez que me han dicho que hiciera algo lo he hecho", dijo el piloto; "Pero es evidente que en esta ocasión obedecer ha sido un gran error. Aprenderé de esto. Todo fue tan rápido tras la carrera que apenas tuve tiempo de pensar. Mientras hacía la declaración me sentí fatal y creo que los comisarios se dieron cuenta de ello. Después las sensaciones fueron horribles. Creo que nunca me había sentido tan mal. No me gusta escuchar que soy un mentiroso porque no lo soy".

El piloto británico confesó que no tenía ninguna aspiración de superar a Trulli para subirse al podio, porque creía que el italiano había hecho una gran carrera. "No pretendía quitarle nada. Sólo, salvaguardar mi cuarta posición", indicó.

Martin Whitmarsh, que acudió ayer a la conferencia de prensa oficial de la FIA, disculpó también por completo a Hamilton. "Creo que Lewis no fue del todo sincero", comenzó. "Pero pienso que la decisión de mentir a los comisarios fue de Dave Ryan y que la tomó en el calor del momento y, posiblemente, debido al alto nivel de sensibilidad que tenía, tras haberse visto envuelto el año pasado en la controvertida sanción a Hamilton en Spa (perdió la victoria por haberse saltado una chicane y haber sacado ventaja de ello en relación a Raikkonen). Lewis fue arrastrado por él. Tanto el equipo como yo mismo estamos no sólo profundamente avergonzados, sino también profundamente arrepentidos. Yo no juego nunca al todo o nada".

Tras la sanción de 73 millones de euros y la pérdida de todos los puntos del Mundial de 2007 por el asunto del espionaje a Ferrari, figuraba una coletilla amenazante para McLaren: una nueva sanción del Consejo Mundial podría suponerles la descalificación por uno o dos años. Y eso es lo que los responsables de la escudería británica quieren evitar a toda costa.

El director deportivo de McLaren, Dave Ryan, y Lewis Hamilton abandonan la Oficina de Control de Carreras en Sepang.
El director deportivo de McLaren, Dave Ryan, y Lewis Hamilton abandonan la Oficina de Control de Carreras en Sepang.EFE

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