"Quizá no habríamos jugado"

Ndri Romaric llegó el martes por la noche a Sevilla. Ayer apareció en la sala de prensa de la Ciudad Deportiva del Sevilla con el rostro compungido. En sus ojos, el recuerdo aún vivo de la avalancha humana que causó 19 muertos y 140 heridos en el partido que disputaron el domingo Costa de Marfil y Malaui, clasificatorio para el Mundial de Suráfrica, en la ciudad marfileña de Abiyán. Su voz entrecortada traslucía indignación. "En ningún momento nos pudimos plantear no jugar porque no sabíamos nada. De haberlo sabido antes, quizá no habríamos jugado. Pero en mi país es difícil hacer públicas cosas así. Me duele porque la imagen de mi país es mala y sale en todos lados", declaró el jugador sevillista.

La federación de Costa de Marfil abrió el lunes, a instancias de la FIFA, una investigación para tratar de esclarecer los hechos. "No podemos dar detalles porque aún estamos investigando cómo se pudo producir la catástrofe", comentó ayer a este periódico un portavoz de ese organismo. Algunos testigos apuntan a que la policía pudo agravar la catástrofe al lanzar gases lacrimógenos a los aficionados que intentaban tener acceso al campo. Las pesquisas también deberán dar respuesta al exceso de aforo del estadio Houphouët-Boigny, que contaba con 50.000 espectadores cuando tiene permiso de la FIFA para admitir sólo a 35.000.

"Se deberían mejorar las condiciones de seguridad en estos partidos", comentó Romaric. El centrocampista dijo sentirse "apenado y muy triste" y confesó que toda la selección marfileña está "molesta" porque no se les informó de lo sucedido hasta después del partido.

Desde que ocurriera la catástrofe, el pasado domingo, la FIFA ha recibido varios informes de la federación africana y espera que entre hoy y mañana puedan publicar las conclusiones de la investigación.

Costa de Marfil inició ayer los tres días de duelo nacional con un acto de memoria a las víctimas.