_
_
_
_
_

El Coro de la Sinfónica supera la prueba de Mendelssohn

El Coro de la Orquesta Sinfónica de Galicia tuvo una de sus mejores actuaciones en La primera noche de Walpurgis, de Mendelssohn, con inusitada redondez de voces, afinación prácticamente perfecta y gran ductilidad dinámica. Si la formación mantiene estos logros, se le puede augurar un buen futuro. Josep Miquel Ramón destacó el pasado viernes en A Coruña como solista en una interpretación matizada y llena de carácter. Ainhoa Zubillaga imprimió gran fuerza expresiva a su breve parte y Gustavo Peña dio buena musicalidad a la creciente madurez de su voz.

En la versión de la Orquesta Sinfónica de Galicia y Víctor Pablo de la Sinfonía de la Reforma de Mendelssohn hubo un poco de todo. En la solemne introducción, fuertes contrastes dinámicos seguidos por un Con fuoco de notable energía y líneas claras. El Vivace bajó algo la tensión expresiva tras la meritoria intervención de las maderas, que volvieron a lucir en el Andante y el inicio del Finale, incluido un bello solo de flauta interpretado por Claudia Walker. La claridad de líneas inicial de la fuga se diluyó algo en su excesiva pompa final.

El estreno de Admonitum, de Sergio Moure, tuvo buena acogida por su carácter puramente melódico. El Moderato inicial y el Lento expresivo, de simpleza rayana en la vacuidad, son tratados con el oficio propio de quien hace música de cine. Algo más elaborado es el Con moto final, algo stravinsquiano aunque Moure habla en las notas al programa de Borodin o Rimski como sus fuentes. Dice también haber "aprendido muchísimo con esta música". Pues que siga así.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_