"El Liverpool nos enseñó el camino"

El desdén con el que acogió la llegada de Javi Martínez (Ayegui, Navarra; 1988), un futbolista de 17 años y nula experiencia en Primera y Segunda División por el que el Athletic había pagado seis millones de euros, le costó el puesto a Javier Clemente. "¿Ese chavalito? No sé quién es. Es como si pides pan y te dan nocilla", dijo, nada profético, el técnico de Barakaldo horas antes de que Fernando Lamikiz, el presidente de entonces, le pusiera de patitas en la calle.

Pregunta. ¿Nunca se cansa?

Respuesta. De pequeño, me gustaban todos los deportes. Jugué al baloncesto y me apuntaba a las millas que se organizaban por Estella. Venían atletas federados y les gané bastantes veces. La gente me animaba a que me federase, pero me gustaba el fútbol.

P. El secreto está en la carne.

R. He estado bien alimentado siempre. Mi madre me dice que como mucho, pero soy alto.

P. ¿Cuál era su club de niño?

R. Me gustaban Osasuna y el Athletic porque mi hermano jugaba aquí

[Álvaro, hoy en el Eibar]. Siendo un crío, ya venía a Lezama con mis padres. Me dejaban suelto y me iba con un hermano de Yeste a jugar por los campos de entrenamiento.

P. Ha jugado en todas las selecciones españolas inferiores.

R. En la sub 16 coincidí con Capel. Yo era juvenil de Osasuna y él ya había debutado en Primera con el Sevilla de Joaquín Caparrós. ¡Qué envidia nos daba!

P. El Athletic pagó seis millones de euros por usted, un crío.

R. Fue un desembolso fuerte, pero no supuso ninguna presión para mí. Si pagaban tanto, por algo sería, me decía.

P. Y llegó en el peor año en la historia del club, al borde de la Segunda División.

R. Fue durísimo. A veces me comía la cabeza: "Joder, llego yo y baja el Athletic". Pero aquello me fortaleció. Agradezco haber jugado esos partidos tan dramáticos. Fue un curso acelerado: lo que otros aprenden en varios años, yo lo aprendí en uno.

P. ¿Qué le pide Caparrós?

R. Me ayuda. Tengo mucho que aprender. Me pide que corra menos, que sea más tranquilo, con el balón y sin él. Y que gestione mejor las llegadas al área. Tiendo a buscar el remate antes de que mis compañeros centren.

P. ¿Cuál es su modelo?

R. El mejor es Gerrard. Es un futbolista de club que pelea lo indecible, llega siempre al ataque y puede definir de mil maneras.

P. ¿Qué hace si no se entrena?

R. Estoy en casa con mi hermano, juego a la Play, enredo en el ordenador, vamos a un centro comercial, paseo a mis perritas... Los estudios los tengo olvidados.

P. En la Play, ¿elige al Athletic?

R. No, porque en todos los juegos nos ponen como un equipo malillo, de poca calidad, y así es imposible ganar a los grandes.

P. ¿Les favorece la dura eliminación del Madrid en Liverpool?

R. No; les hace más peligrosos. El Madrid aspiraba a tres títulos y ahora sólo está en una competición. Tenemos que ir a por ellos de salida, no dejarles respirar. El Liverpool nos enseñó el camino.

P. ¿A qué madridista admira?

R. Lass está que se sale, pero a todos. Hace tres años les veía por televisión. Raúl jugaba en Primera cuando yo tenía seis años. No concibo el fútbol sin él ni Joseba [Etxeberria]. Raúl lo tiene todo: carácter, clase, pelea, gol... Y a Joseba le define el gesto que va a tener al jugar gratis el año próximo.

P. ¿Por qué los navarros triunfan en el Athletic?

R. Porque tenemos una característica común, la garra. Allí le dicen "muchos cojones".

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