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Elecciones 1-M

Feijóo promete un Gobierno para todos y convoca a partidos y a sindicatos

Alberto Núñez Feijóo ganó anoche 48 euros y la posibilidad de gobernar Galicia hasta 2013. Desde que se publicó la primera encuesta hace ahora un mes, el candidato del PP siempre había repetido lo mismo: los sondeos también daban mal tres diputados menos de los reales en 2005. Así que en la porra de la caravana de periodistas adjudicó 39 escaños a su partido, 24 al PSOE y 12 al BNG.

Ayer, mientras las televisiones confirmaban sus pronósticos, departía tranquilo junto a su madre y un grupo de asesores recostado en su despacho. A medida que avanzaba el escrutinio, de las habitaciones contiguas en la sede brotaban gritos y aplausos espontáneos. El líder ni se inmutó. Siempre pegado al móvil, atendiendo a las lecturas de su secretario general, Alfonso Rueda, y del economista, número seis por A Coruña, Pedro Puy, todavía desconcertado por el alto índice de participación. Hasta que a las 22:06 horas recibió la llamada de felicitación del candidato socialista y presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño. El 82% de papeletas estaban contadas y Feijóo empezó a sonreir. Y el descorche del champán anticipó su comparecencia en una sala donde esperaban ya su madre, Sira Feijóo, su hermana Micaela y su novia Chini, entre una pléyade de admiradores donde sobresalía la secretaria de acción social del partido, Ana Pastor.

Feijóo comenzó a sonreír con el 82% de las papeletas contadas
Llegó el momento para trabajar, para el sacrificio y para salir de la crisis
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Sin corbata, el líder del PP admitió que la responsabilidad pesa más que la alegría cuando uno llega en sólo tres años y medio a la Presidencia de la Xunta. Sus primeras palabras sonaron repetidas. Sirvieron para convocar a todos a sus votantes y a los que no lo fueron a superar una situación económica difícil y a mejorar el autogobierno. Si trabajamos juntos, Galicia saldrá adelante como en otras ocasiones ya ha hecho, prometió.

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En ese punto, recurrió a la alta participación en los comicios para subrayar el plus de legitimidad con el que nace su futuro Ejecutivo, que gobernará para todos. El presidente in pectore aprovechó su primera comparencencia televisada y convocó a los partidos políticos, fuerzas sociales y a la sociedad civil, agradeció la felicitación y los servicios prestados a Galicia de Touriño y también saludó la llamada de Quintana.

Y entonces aludió a los suyos. Al presidente fundador, Manuel Fraga, y a su mentor político, Mariano Rajoy, por trabajar como un militante más durante la campaña. Feijóo anticipó cómo debe leerse su victoria histórica en clave interna, que brindó al presidente nacional. Recordó a Rajoy, y posiblemente también a los adversarios que aguardaban un tropiezo en Galicia, que el triunfo abre la esperanza a muchos puntos de España,

Echó mano de su lema electoral e insistió en que llegó el momento para trabajar, para el sacrificio, la responsabilidad y para convocar a todos para salir delante de la crisis económica. Para que todos seamos capaces de ganar el futuro os necesito a todos, a todos sin excepción, dijo hablando a Galicia.

Antes había ironizado sobre la expectación en la sala de prensa. Nunca vi tantas cámaras y fotógrafos a mi alrededor, se quejó, en tono jocoso.

Hasta que empezaron a correr las felicitaciones por las oficinas, durante casi hora y media en el cuartel general del PP no había pasado nada. No se desató la euforia cuando el primer recuento les adjudicó el escaño 40 y la incredulidad se mantuvo casi hasta el final en los corrillos de asesores que temían el voto de la emigración. La felicidad era patente en la pequeña familia, de unas 10 personas, que recorrieron con Feijóo la travesía de la oposición desde que fue investido presidente del partido el 15 de enero de 2006. Su secretaria, su chófer y el equipo de prensa apenas contuvieron la emoción.

Dentro, en su despacho, quedan unos cuantos discursos con la promesa de rebajar los impuestos, gobernar con austeridad y aligerar, un 40%, el número de altos cargos de su Gobierno, que tendrá sólo 10 conselleiros. Enfrente de su despacho volvió a pasar el Audi A8 del presidente Touriño que prometió vender y que tanto rédito le ha dado en las urnas. Feijóo ya no estaba allí para verlo. En un hotel cercano, celebraba con los suyos una victoria histórica que lo convierte ya en barón del PP.

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