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Crónica:25ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Valencia se raya

Emery tarda una hora en reaccionar y su equipo cae ante un Valladolid que expuso lo mínimo

Hasta el himno, al acabar el partido, se rayó y el público lo entendió como una metáfora de lo que le había sucedido a su equipo. Al Valencia le salen gorgoritos y su entrenador, Unai Emery, ha quedado paralizado por tantos chirridos a su alrededor. Ayer, por ejemplo, esperó una hora para intentar algo, el tiempo en el que el Valladolid se puso por delante con dos goles con suma facilidad. Y sí, cuando Emery soltó lastre y lo rejuveneció, su equipo se acercó al empate, que tampoco habría sido inmerecido. Sin Villa, sancionado, el Valencia destapó la imperiosa renovación que necesita. Una profunda regeneración en el campo y en el palco. Cada vez más urgente. El Valladolid expuso lo mínimo para ganar. Un par de arrancadas por la izquierda en la primera parte y tres puntos al zurrón, saludados con gran entusiasmo por sus jugadores, conscientes de que son un paso gigantesco hacia la salvación.

VALENCIA 1 - VALLADOLID 2

Valencia: César; Maduro, Albiol, Marchena, Moretti; Joaquín, Albelda (Fernandes, m. 63), Baraja (Michel, m. 63), Mata; Silva (Vicente, m. 63) y Morientes. No utilizados: Guaita; Del Horno, Pablo Hernández y Hugo Viana.

Valladolid: J. Villar; P. López, L. Prieto (Nano, m. 46), I. Bea, Marcos; P. León, Á. Rubio, Borja (Vivar Dorado, m. 66), J. Sesma; Víctor y Goitom (Canobbio, m. 83). No utilizados: Alberto; Pedro Oldoni, Aguirre y Haris.

Goles: 0-1. M. 6. Sesma. 0-2. M. 26. Albiol, en propia puerta. 1-2. M. 72. Marchena.

Árbitro: Fernández Borbalán. Expulsó a Pedro López (m. 80) con tarjeta roja directa. Amonestó a Luis Prieto, Albelda, Marcos, Fernandes, Sesma y Moretti.

Unos 35.000 espectadores en Mestalla.

Allí, a escasos metros de Emery, la banda derecha del Valencia se disolvía como un azucarillo sin que el técnico moviera un músculo por evitarlo. A la torpeza de Maduro para sacar el balón se unió la dejadez de Joaquín, que jugó con un desinterés exasperante. Eso lo vio desde el primer momento el Valladolid, que cargó su ataque por ese lado. Con Víctor como maestro de ceremonias. El pequeño y veterano atacante, entre líneas, hurgó en la herida valencianista. Habilitó a Marcos con un magnífico pase interior para que el lateral alcanzara la línea de fondo, centrara y obtuviese la recompensa del cabezazo picado de Sesma. A gol.

Mestalla, ya irritado antes de comenzar, se convirtió en un infierno para sus jugadores, que huyeron del balón como de la peste. Cada vez que atacaba el Valladolid, la defensa de Emery sufría un espasmo. Como cuando Sesma, otra vez por la izquierda, centró desde la misma esquina. A César se le escapó la pelota al intentar atraparla y Albiol, que corría hacia su portería, la golpeó con la rodilla. Su tercer gol en propia puerta en la temporada.

El Valencia necesitaba algún golpe de timón, pero Emery siguió sin reaccionar en el descanso. Ni un solo cambio, ni táctico ni de jugadores. Al equipo le faltaba alma. El entrenador tardó una hora en darse cuenta de ello. En concreto, 63 minutos, que fue cuando efectuó los tres cambios de una tacada. Entraron Michel, Fernandes y Vicente y quitaron de golpe todo el polvo acumulado. Mestalla vivió unos minutos de esperanza. Michel contagió el desparpajo a sus compañeros. La expulsión de Pedro López animó la ilusión de remontar, pero Morientes no era Villa y sus remates siempre encontraron alguna pierna en el camino.

Morientes se duele en el césped tras una entrada.
Morientes se duele en el césped tras una entrada.SANTIAGO CARREGUÍ

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