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Crítica:textos y documentos | Carreras & Capital humano
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La escalera del directivo

La obra disecciona el mundo de los ejecutivos

Miguel Ángel Noceda

Juan José Almagro (Úbeda, Jaén) acaba de cerrar una trilogía sobre el género de la gestión de empresas con el libro El penúltimo escalón, subtitulado El misterioso afán por ser directiv@. Y, como los dos anteriores (El reloj de arena y Érase una vez... jefes, jefazos y jefecillos) constituye "un microclima dentro de lo que son los directivos más comunes en los que abundan las declaraciones retóricas y cosméticas", tomando prestadas las palabras que dice Justo Villafañe en el prólogo de la obra.

Cuando se habla del penúltimo escalón es que hay, desde luego, un último escalón, al que no se sabe cuándo se va a llegar y ni siquiera si se va a llegar, y sugiere que, asimismo, ha habido otros escalones anteriores. Según Almagro, hay cuatro. El primero es aquel que forma el personal administrativo y de apoyo, incluidos los becarios, que realiza "actividades estandarizadas que colaboran en el proceso productivo, pero que son esenciales para los objetivos finales"; el segundo lo forman los técnicos, personas que precisan estudios y conocimientos específicos para desarrollar su trabajo; el tercero corresponde a "los supervisores encargados, mandos intermedios y jefes", que dependen de una dirección y son responsables del trabajo de los técnicos y del personal de apoyo, y el cuarto es el de los subdirectores, directores y asimilados, cuyo trabajo consiste "en dirigir y ser responsable de la actividad de un área determinada de la organización de acuerdo con los objetivos y estrategia de la empresa".

EL PENÚLTIMO ESCALÓN. EL MISTERIOSO AFÁN POR SER DIRECTIVO

Juan José Almagro

ISBN 978-84-8322-512-7

Por encima de este escalón está el penúltimo, que "sustenta a los llamados altos directivos, los máximos responsables de sus resultados y del negocio o de las áreas encomendadas a cada uno de ellos". Es decir, el que está por debajo del peldaño final que ocupa el primer ejecutivo de la entidad.

Almagro, que forma parte del penúltimo escalón de la aseguradora Mapfre, en la que ha hecho toda su carrera profesional, se pregunta: "¿Qué desconocida razón, qué afán misterioso nos impulsa a subir los escalones o a permanecer inmóviles?". A partir de esa pregunta profundiza y disecciona ese mundo con habilidad. Conoce muy bien los entresijos de la empresa, entre otras cosas porque se ha dedicado a estudiar su funcionamiento; el aprovechamiento del talento; la relación entre las distintas generaciones que se integran; la renuncia de no pocas mujeres a ser directivas, lo que explica la poca presencia en los consejos de administración; la soledad del alto directivo...

Como los otros dos libros anteriores que completan la trilogía, se adentra en la condición humana en las actitudes, es decir, los valores y las miserias, que surgen cuando las personas entran en una organización y van subiendo escalones. Ese ascenso que se celebra con ilusión, pero que encierra también ansias de medrar. La subida de escalones está condicionada a la capacidad, pero también a las buenas o malas relaciones de las personas con los jefes, los que están ya en otros escalones más altos, y a la suerte.

Todo ello lo describe Almagro en esta obra, en la que también critica "el tradicional divorcio entre la empresa y la universidad española y la falta de adecuación entre los estudios de diplomatura o licenciatura y aquellos que se necesitan y demandan para trabajar". Según un estudio de la OCDE que cita, España es uno de los países donde menos compensa ser graduado. Y añade: "Es verdad que tres de cada cuatro titulados encuentran trabajo tras su graduación, pero no es menos cierto que la gran mayoría lo hace en empleos que requieren escasa cualificación y que no tienen que ver con los estudios que han completado".

A su juicio, empresa y universidad deberían ponerse deberes conjuntos con el objetivo no sólo de avanzar en investigación, sino también de atraer talentos y transferir conocimientos.

El libro es de fácil lectura y se puede enmarcar también, como se apunta en el prólogo, entre los de autoayuda. Almagro comienza el libro en una escalera y lo termina en un ascensor. Se detiene en cada peldaño y desde esa perspectiva reflexiona sobre lo que ha visto, sobre lo que ve y sobre lo que le gustaría ver en un ejercicio certero de aprendizaje. Seguramente, por eso sentencia: "Está claro que nos queda mucha tarea por hacer".

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.
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