Cómo defenderse a 40 metros del área
Abel insiste en adelantar la última línea del Atlético hasta el círculo central "sea ante el rival que sea"
La noche del pasado martes, Abel Resino vio "por primera vez las orejas al lobo". El Oporto explotó los espacios que el Getafe ya había advertido dos semanas antes y si no cerró su pase a los cuartos de final de la Champions fue "por la misericordia del Señor", según reconocen en el Atlético. Cuando Jesualdo Ferreira, el técnico del líder de la Liga portuguesa, comprobó que el sucesor de Javier Aguirre adelantaba la defensa más allá del círculo central, adoptó una táctica bien simple. "Lucho González sólo tenía que dar el balón en profundidad al Cebolla Rodríguez o a Hulk mientras yo estaba atento al último pase. Campamos a nuestras anchas", resume Lisandro, el único que burló las paradas de Leo Franco. El portero rojiblanco superó con éxito otros cinco mano a mano. "No es ninguna novedad, lo habitual es que se den dos situaciones así por encuentro", cuentan desde el Castellón, el anterior club de Abel.
"Este sistema es más efectivo contra los equipos 'grandes", asegura Ujfalusi
"Faltaba organizarnos dentro del campo. El equipo se partía mucho", dice Maxi
"Está claro que falta apuntalar el sistema y que sucumbimos ante un rival mucho mejor en el apartado físico. Para sacar rendimiento a este sistema hay que estar a tono. De lo contrario, los rivales, al contragolpe, pueden darse un banquete", asienten desde el cuerpo técnico del Atlético. "Es el riesgo que tiene presionar en la salida del balón del contrario de turno, dificultarle la creación, sea ante el rival que sea", reconoce Abel.
Llueva o haga sol, quienes le conocen bien avisan de que "morirá con sus ideas". "No es normal que a este equipo le hayan pitado nueve penaltis o que concediera tantos goles a balón parado. Eso pasa porque acabas reculando atrás... Evidentemente, de vez en cuando, te van a sorprender más que si te defendieses cerca de la portería, pero en líneas generales compensa", sentencia el aludido. En sus cuatro partidos, el Atlético ha marcado 1,5 goles de media y recibido uno. ¿Con Aguirre? 1,7 a favor y 1,3 en contra.
"Abel es terco como una mula. Cree en su forma de entender el fútbol. Le ha dado buenos resultados", consideran en el primer club que dirigió, el Ciudad de Murcia. "Los resultados se empezarán a ver cuando el equipo coja cuerpo. Se verá dentro de dos semanas, en Oporto y en la visita del Villarreal", vaticinan, mientras tanto, en el cuerpo técnico. Entre medias, esperan el Barcelona y el Madrid.
"Que esperen, no pasa nada. Hay confianza y lo estamos ensayando. Pero llevamos apenas tres semanas y esto lleva su tiempo", se sincera Ujfalusi. El central checo mira al infinito con "un brillo de esperanza" en los ojos: "Ah, amigo, es que cuando nos salga... Es un sistema más efectivo contra los equipos grandes. Como el Barcelona. Si les cortas la línea de creación, les complicas las cosas".
"No vamos a descubrir al Barça. Es el mejor equipo que hay eneste país, pero se le puede ganar. Poner más centrocampistas no te asegura nada... Habrá que estar atento a las bandas, como ya nos pasó con el Sevilla; las ayudas serán fundamentales", apunta Abel. "Todos estos cambios se notan. Habrá que tener más cuidado que nunca con las alas. Alves y Messi van a intentar aprovechar los espacios que dejaremos atrás", vaticina Antonio López.
"Hoy en día, sólo el Barça está a un nivel superior. El resto estamos en la pelea", interviene Maxi. Mientras su entrenador habla de la cita de esta tarde "como un punto de inflexión", el capitán del Atlético señala la raíz del problema: "Creo que hay mucha calidad, pero faltaba organizarnos un poco dentro del campo. El grupo se partía mucho y el mister trata de juntarnos, ser un bloque. No es nada del otro mundo lo que nos pide y somos inteligentes para asimilarlo". Para Simão, la solución es evidente: "Fútbol es fútbol. Debemos estar compactos y jugar como un equipo. No por atacar tienes que descuidar la defensa. Hay que hacer las cosas bien. No intentarlo, sino hacerlo".
Curiosamente, Leo Franco, la última frontera, el héroe hecho carne ante el Oporto, es el más optimista. "Los profesionales estamos totalmente acostumbrados a los cambios de sistemas. El fútbol tiene muchísimas variantes y los entrenadores no juegan con un único estilo. Sólo hay que trabajarlo un par de días y enseguida se captarán las ideas". "Visto así, suena fácil, ¿eh?", matiza Pernía.
"Lo conseguirán porque Abel ensaya hasta hartarse. Es muy meticuloso y no para hasta que los jugadores asimilan sus conceptos", proclaman los nuevos inquilinos del banquillo rojiblanco. "Los jugadores los repetirán hasta que los automaticen y les salgan de forma natural... Aunque nos cueste el puesto", remachan.
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