Renfe se viste de estreno

Nunca ha estrenado tantos trenes. Renfe recibe este año 184 nuevos ferrocarriles de viajeros, la mayor renovación de flota desde 1968, cuando se sustituyeron las locomotoras de vapor por la tracción eléctrica o diésel. Hace ya 40 años, con ayuda del Banco Mundial, se compraron y recibieron 110 locomotoras diésel, 15 automotores y 8 electrotrenes.

Entre las nuevas máquinas hay material para cercanías, media distancia y alta velocidad, tanto para circular en vías convencionales como para el ancho internacional (UIC). Además de estos trenes (que forman parte de un pedido de 378, por un monto total de 4.096 millones de euros), se recibirán 50 locomotoras (de un centenar encargado, por 249,5 millones) y 220 vagones para mercancías.

La construcción de trenes genera este año 344 empleos en los talleres

La inversión total en la flota hasta 2010 asciende a 4.346 millones

Juan José Fernández, director general de desarrollo estratégico de Renfe, explica que esta renovación de flota "no tiene precedentes por volumen en todo el mundo. El objetivo es hacer de España un país de ferrocarril, ser capaces de poner encima de la mesa una movilidad que permita desarrollar la industria del país y mejorar la competitividad".

En Renfe se jactan de que su flota ferroviaria será la más moderna de Europa en 2010, cuando el 45,3% de los 1.237 trenes de que dispondrá entonces la operadora pública serán nuevos (560 trenes de viajeros y 100 locomotoras de mercancías adquiridos desde 2004).

De los nuevos trenes que se estrenan este año, la mayor parte es para servicios de cercanías (51 unidades) y media distancia (44 del tren eléctrico S-449 y 16 del modelo diésel S-599). Los cercanías, según explica Fernández, se compran en función de "un concepto de tren", de modo que los fabricantes deben cumplir determinados requisitos en su oferta; por ejemplo, que devuelvan energía a la red.

Los destinados a los corredores de alta velocidad suman 20, una decena del modelo conocido como pato (el más caro del pedido, de unos 21,4 millones por unidad, fabricado por Talgo-Bombardier) y otros 10 del S-114 de Alstom (menos rápidos, que salen por 13 millones).

En 2010, la flota AVE se compondrá de un total de 94 trenes, incluidos los 24 S-100 de Alstom, los primeros que circularon en España en 1992 y que se están remodelando totalmente, con un coste de 41,3 millones de euros.

Además, se estrenarán durante este año 43 trenes de ancho variable, es decir, que pueden utilizar la red de AVE y también las vías convencionales de ancho ibérico. De ellos, 23 son del modelo S-121 Avant, fabricado por CAF-Alstom, que se dedican a los recorridos de media distancia en alta velocidad, como el Madrid-Segovia-Valladolid.

"Hemos tenido que desarrollar los distintos anchos de vía, pero el esfuerzo es una apuesta muy especial que nos permite que mucha gente aproveche de inmediato las nuevas infraestructuras para reducir el tiempo de viaje", comenta Fernández. Por ejemplo, los tiempos de viaje a la zona del Cantábrico se han reducido sensiblemente (unos 90 minutos) desde la inauguración de la línea de AVE Madrid-Segovia-Valladolid, que aprovecha hasta la capital vallisoletana.

Asimismo, se han estrenado ya 4 de los 10 trenhotel de Talgo para los servicios nocturnos entre Galicia y Barcelona, que también pueden pasar de las vías de ancho ibérico (1,67 metros) al estándar internacional UIC (1,44).

Cierra la lista de novedades del año una cincuentena de locomotoras diésel para transporte de mercancías, ya liberalizado desde hace cuatro años, y cuyo desarrollo trata de impulsar el Gobierno con la mejora del órgano regulador que se ha quedado, a decir de Fernández, "un pelín escaso". La mejora de la potencia de las máquinas para transporte de mercancías permite arrastrar muchas más toneladas y abaratar, hasta en un 30% según Fernández, el coste.

En ese sentido, han comenzado recientemente las pruebas para alargar los trenes de mercancías hasta un máximo de 600 metros de longitud, equivalente a 80 teus (unidad equivalente a un contenedor de 33 metros cúbicos), en los tráficos entre Madrid y Valencia.

Para la construcción de los nuevos trenes, Renfe tiene, además, el compromiso, a través de su unidad industrial, Integria, de que el 20% de la fabricación (también el 50% del mantenimiento posterior) de sus adquisiciones se realiza en los propios talleres de la operadora, en Valladolid, Málaga y Madrid, a través de sociedades coparticipadas con la industria privada.

La factoría de la capital castellana fabricará 248 coches para trenes AVE, cercanías y media distancia, en colaboración con Siemens, CAF y Alstom.

La instalación malagueña de Los Prados fabricará este año seis trenes AVE de la serie 112 junto a Talgo y Bombardier, y de la factoría del distrito madrileño de Villaverde salen locomotoras para transporte de mercancías. Así, durante este año, la carga de trabajo comprometida garantiza 344 puestos de trabajos (586.000 horas). Un nada despreciable grano de arena en un momento de derrumbe del empleo en España.