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Reportaje:ESCAPADAS

Abanicos de papel de seda

El día 21, las seductoras máscaras de los 'guirrios', con sus penachos multicolores que oscilan al andar, darán brillo a los carnavales de Llamas de la Ribera. Pero no son las únicas carnestolendas curiosas de la provincia de León

Ni música caribeña ni carrozas emplumadas. Tierra adentro y fríos más que probables, el carnaval se nutre en la provincia leonesa de singulares personajes de hondas raíces, de máscaras horribles o multicolores, de ceremoniales perdidos y recuperados. Y de historias, de infinitas historias.

01 Alija del Infantado (unos 900 habitantes)

Visten de blanco, con anchas fajas a la cintura, cercada de pequeños cencerros; oscuras y horrendas máscaras (algunas, centenarias y de madera) rematadas por cuernos, enormes dientes y colmillos, cejas prominentes, bigotes, barbas y, a veces, ojos inyectados; varas de mimbre, dentadas tenazas de madera...

Los jurrus protagonizan el antruejo de Alija del Infantado, que se pone en marcha en la tarde del sábado anterior al Miércoles de Ceniza (este año, 21 de febrero), cuando se lleva a cabo una reconstrucción teatralizada a partir de datos pacientemente obtenidos acerca de los viejos carnavales. Jurrus, hogueras, defensas, tribus, birrias, Cuaresma, combates, castillo, mazmorras... Todo ello atrae a multitudes hasta este pequeño pueblo que tiene a gala haber sido un acendrado semillero de marinos, a pesar de que la costa está muy lejos.

El martes, jurrus, birrias, toros de fuego (de pirotecnia), atrabiliarios antruejos y paparrachos vuelven a tomar de una manera mucho menos reglamentada las ahora casi solitarias calles. En el programa aparecen como actos locales (junto al untorio de mozas por los quintos con chocolatada y ronda del moscatel del lunes), que suelen ser infinitamente más atractivos que los calificados de interés turístico.

02 La Bañeza (unos 12.000 habitantes)

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A algunos se les ha olvidado, otros quizá no lo supieron nunca: la prohibición del carnaval, dictada en 1937, en plena Guerra Civil, se prolongó hasta la llegada de la democracia. En La Bañeza hicieron caso omiso, lo que provocaba carreras y persecuciones: "La policía perseguía a la gente disfrazada", recuerda Ana Gemma Quesada, concejal de Fiestas; "para huir, iban a la estación y cogían el primer tren que pillaban". El domingo 22, una multitud va corriendo desde la estación hasta la plaza Mayor perseguida por la autoridad: en todos, eso sí, imprescindible disfraz.

En el desfile del martes participan miles de personas (hay unos 40 grupos, acompañados de charangas y fanfarrias) con disfraces espontáneos e imaginativos, que llevan detrás muchísimas horas de trabajo; lo mismo se puede ver la víspera, con los niños como protagonistas. La noche bruja, en la hora cenicienta, se desparrama entre máscaras y músicas por las frías y otrora tranquilas vías. Chocolate con churros y sopas de ajo contribuyen a tonificar el cuerpo. Las coplas del Corvillo ponen el miércoles el necesario contrapunto crítico, con un irónico repaso a la vida local, previo al reparto de las sardinas que en ese día se entierran.

03 Llamas de la Ribera (unos 1.000 habitantes)

Deslumbra tanto color, tanta imaginación, en las raíces de esta escueta tierra. Y estuvo a punto de perderse, "censurado cuando aquello de Franco", como señalaba Urbano Suárez, uno de los artífices de su recuperación a mediados de los ochenta, a pesar de que en la posguerra se había seguido celebrando, tal era su arraigo.

Unos 40 guirrios y entre 20 y 30 madamas culminarán el domingo 22, en la plaza, el recorrido callejero. No van solos. "También pueden salir", comenta Luis Gerardo Díez, presidente de la asociación cultural Guirrios y Madamas, "antruejos, zarza (se arrima a alguien y ya ve lo que pasa...); cernada con un saco de ceniza que distribuye a discreción; Rosita, que lleva un tronco de madera hueco, al que le ponen ojos y lengua de algún animal para amedrentar; la gallina tocahuevos, con un traje de mazorca de maíz y cara de piel de gallina disecada...".

Pero por encima de todos destacan los guirrios con sus fascinantes máscaras (rostro entrevisto tras una malla) rematadas con cuatro abanicos de papel de seda de colores, que se van abriendo y cerrando mientras caminan. Deslumbrante indumentaria que se completa con camisas y calzones de lino blanco, albarcas de piel, faja negra, cinto con esquilas, tenazas de madera, vejigas de cerdo y rabo de cordero.

04 Velilla de la Reina (unos 300 habitantes)

Hay, a pesar de su fama, un ambiente familiar, no exento de excitación, el domingo de carnaval en el pueblo de Velilla de la Reina. Todo el mundo espera que aparezcan los guirrios, botas negras de caña, faldillas sobre los pantalones blancos y máscara en forma de cono que culmina en un abanico multicolor; y los toros, albos armazones de madera rematados con cuernos. Entre ambos se establecen juegos y embites, que implican especialmente a las chicas jóvenes.

En Velilla de la Reina hay también una historia de pérdida (alrededor de 1958) y recuperación (en torno a los ochenta). Y una asociación cultural, Toros y Guirrios, dispuesta a sacarlo adelante. "El toro persigue al guirrio", dice Emiliano Blanco, el presidente. "El guirrio se defiende con las varas. No hay nada documentado: es una tradición que nos han ido contando oralmente".

En la plaza de la Veiga se esperan, además, antruejos como la gomia (una mezcla de dragón y serpiente), mula, oso y zampa (una calavera de burro); bailadoras, pandereteras, dulzaineros y toro de fuego, bien aderezado todo ello con escabeche, vino, orejas, flores y fisuelos de Antruejo.

www.velilladelareina.galeon.com

Guía de Castilla y León

Los <b><i>guirrios</b></i> de Llamas de la Ribera visten calzones de lino blanco y rabo de cordero, pero son sus tocados plisados lo que más destaca por su cromatismo.
Los guirrios de Llamas de la Ribera visten calzones de lino blanco y rabo de cordero, pero son sus tocados plisados lo que más destaca por su cromatismo.MARÍA ÁNGELES SÁNCHEZ

Guía

Comer y dormir

» Restaurante Paco Rubio (987 64 10 81). Astorga, 65. La Bañeza. Paco Rubio, antiguo chef del hotel Palace, lleva ya nueve años al frente de su local leonés de La Bañeza, donde sirve recetas de mercado entre regionales y modernas. Menú degustación: 48 euros.

» Guts Muths (987 69 11 23; www.guts-muths.com). Matanza, s/n. Santiago Millas. Hotel rural en una típica casa maragata de más de 200 años de antigüedad, que regentan un holandés y una española. Habitaciones dobles por 65 euros.

» Cuca La Vaina (987 69 10 78; www.cucalavaina.com). El Jardín, s/n. Castrillo de los Polvazares. Hotel rural levantado sobre las ruinas de una antigua casa de arrieros. 60-65 euros la doble.

» Oficina de turismo de La Bañeza (987 65 67 37; www.aytobaneza.net

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