El Deportivo manda pero sufre

Después del postre de la Copa del Rey en el Camp Nou, el Mallorca volvió a la dura realidad de la Liga, torneo en el que le espera una segunda vuelta de infarto para lograr la permanencia. De poco le sirve el empate de ayer ante un Deportivo que, después de malgastar sus oportunidades para llevarse los tres puntos, acabó sacando provecho de un polémico penalti señalado por Ayza Gámez.

En el capítulo de reencuentros, Aouate volvió a verse las caras con sus ex compañeros del Deportivo. En el túnel de vestuarios, el portero israelí evitó cruzar la mirada con Munúa, que era suplente, un año después de que éste le propinara un puñetazo tras un entrenamiento en A Coruña. Por su parte, a Valerón le costó entrar en juego en su regreso a Mallorca. El día en que disputaba su partido número 300 en Primera, el canario recibió una ovación de gala al ser sustituido en Son Moix.

Con el farolillo rojo colgando del costado, al Mallorca le molestó el balón durante casi todo el encuentro. Pocas veces dio dos pases seguidos durante la primera mitad. No estuvo mejor el Deportivo, tan dominador como poco eficaz. Al menos, Lotina acertó en la consigna de negar el espacio a los puntales creativos del Mallorca: Jurado, siempre una velocidad por encima de sus compañeros, y Arango.

Los locales no vieron el camino al área contraria hasta la segunda mitad. En un acercamiento puntual -un balón bombeado por Corrales-, Aduriz superó en el salto a Zé Castro y cabeceó a la red. Le entró miedo a la defensa del Deportivo, que poco después puso en bandeja el 2-0 a David Navarro. Pero, con el portero vendido, su disparo se estrelló en el larguero. Finalmente, una caída de Lassad en el área ante el acoso de Nunes fue suficiente para que los gallegos empaquetaran un punto de vuelta a casa. Lejos de la brillantez de la pasada jornada, el Deportivo regresó a su versión más gris.