¿Aguantará Nigeria?
El gigante africano mantuvo el tipo en 2008, pero los problemas podrían llegar a partir de este curso
La economía nigeriana ha logrado aguantar el temporal y el desplome de los mercados financieros. Aunque sea difícil de creer, uno de los países históricamente más inestables del planeta registró en 2008 uno de los niveles de crecimiento más elevados del mundo. Las previsiones del Ejecutivo indican que, durante el pasado curso, el país elevó su PIB un 6,8% y, lo que es más sorprendente, este dato es superior al 6,2% logrado en 2007. ¿La clave? El buen desempeño del comercio exterior en los últimos cinco años.
En 2008, las exportaciones de Nigeria alcanzaron los 83.000 millones de dólares, una cifra que cuadruplica los 21.000 millones que registró en 2003. Las explicaciones del Ejecutivo respecto de este crecimiento se encuentran en la diversificación de los envíos, que avanzan lentamente hacia los servicios y hacia otro tipo de materias primas que se alejen del tradicional petróleo, base de la economía nigeriana. El país africano es el sexto productor de crudo del mundo y su industria representa un poco menos del 20% del PIB del país y el 95% de sus exportaciones de materias primas.
La estabilidad política comienza a atraer la inversión extranjera
El otro factor del crecimiento de Nigeria es su ascendente estabilidad política. Esto ha hecho que los inversores extranjeros hayan comenzado a desembarcar en el país hace un par de cursos, especialmente en negocios relacionados con los hidrocarburos y con las aún no explotadas reservas que posee. Los datos de la UNCTAD reflejan que entre 2006 y 2007 la media de los flujos de Inversión Extranjera Directa (IED) hacia Nigeria fueron de 13.000 millones de euros, 10 veces superior a la inversión registrada durante los años noventa. Se espera que en 2008 se superen las cifras de IED de los últimos cursos.
No obstante, la bonanza del último lustro podría acabar este año. Las propias autoridades del país reconocen que estas semanas serán clave para afrontar las turbulencias del mercado financiero internacional y para minimizar sus efectos en la economía real durante el resto del año. La caída de las expectativas viene de la paulatina caída de la moneda local (el naira), que se ha depreciado un 25% en relación con el dólar en los últimos seis meses. Durante este mismo periodo, la Bolsa ha perdido un 61% de su valor y las reservas internacionales se han reducido un 21%.
Pero no es todo. La inflación se ha disparado en 12 meses, producto de los elevados precios de las materias primas, pero sobre todo de los alimentos. El último dato interanual entregado por la oficina local de estadísticas refleja un crecimiento del 15,1% en diciembre, superando en más de cinco puntos el 9,7% registrado en mayo del año pasado. Estas alzas perjudican directamente a una población cuyo 70% se encuentra por debajo de la línea de la pobreza, con un ingreso per cápita inferior a los 900 dólares anuales. Nigeria es el país más poblado de África, con 140 millones de habitantes.
Frente a todo este panorama, el Ejecutivo ha prometido ponerse manos a la obra para devolver la estabilidad macroeconómica y financiera al país. No se descarta ayudar al sistema con dinero público, aunque los esfuerzos se centrarán en mejorar el gasto público y la gestión de ingresos financieros. También se seguirá avanzando en la diversificación de las estructuras productivas para impulsar el empleo y reducir la pobreza, una tarea aún pendiente. Las previsiones indican que el país crecería un 3,6% durante este año, aunque los organismos internacionales como el FMI apuestan por un 8,1%. -
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