La tarde de los 300 muertos vivientes
Más de 300 muertos vivientes se arrastraron desde Goya a la plaza del Carmen. En lugar del cementerio, el Árbol del zombi (en la plaza de Felipe II) fue el punto de reunión de los cadáveres andantes que con sus heridas, lenguas (de vaca) y brazos cortados decidieron asustar. La impresión e incluso el miedo de los viajeros del metro era evidente "¡Humanos!, ¡humanos!", gritaban los zombis. Por tercer año consecutivo, el blog de Sephiroth y la Kasa del Maquillaje convocaron la marcha. Las razones, reivindicar el legado de George A. Romero, director de La noche de los muertos vivientes, pasarlo bien y los más concienciados criticar a la sociedad de consumo. "Somos zombis, cada día yendo a trabajar o viendo la tele". Monjas, familias, militares e incluso el doble de Obama estuvieron en la marcha. No estuvo Aguirre, pero cuando su rostro apareció en las pantallas del Canal Metro los zombis rugieron.
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