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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Julia García-Valdecasas, ex ministra de Administraciones Públicas

Fue la delegada del Gobierno en Cataluña durante la presidencia de Aznar

Enric Company

Una neumonía provocó ayer la muerte de Julia García-Valdecasas, la que fue delegada del Gobierno en Cataluña durante casi toda la etapa del presidente José María Aznar, desde 1996 hasta 2003. Fue la primera mujer en ocupar este puesto e, inmediatamente después, la primera en ser ministra de Administraciones Públicas, hasta la primavera de 2004. Tenía 65 años.

En alguno de sus encuentros en el Círculo Ecuestre de Barcelona con empresarios, ejecutivos y altos funcionarios en búsqueda de nuevos fichajes en Cataluña, Aznar debió de quedar prendado del carácter firme y la actitud de franqueza que Julia irradiaba. Su nombramiento como delegada del Gobierno en Cataluña fue una sorpresa, en su momento, porque García-Valdecasas, afiliada en el PP desde 1991, no había participado para nada en la actividad cotidiana del partido ni se había significado desde su responsabilidad como Delegada de Hacienda en Cataluña.

Pero su perfil respondía perfectamente al de la derecha tradicional en la que el PP reclutaba entonces sus huestes: alto funcionario, procedente de familia con pedigrí franquista. Nacida en Barcelona en 1944, su padre, catedrático de Farmacia, se hizo celebre como rector de la Universidad de Barcelona como represor del movimiento estudiantil en la década de los sesenta, cantera de muchos de los actuales dirigentes políticos democráticos. El rector García-Valdecasas era pariente de uno de los fundadores de Falange, Manuel García-Valdecasas, y no dudó en echar de la Universidad a estudiantes y profesores que, claramente, eran adversarios del régimen.

En 1967, en plena pugna de su padre contra el movimiento estudiantil, Julia García-Valdecasas se licenció en Farmacia en la misma universidad barcelonesa. Después despachó medicinas en su farmacia durante una década, pero, aburrida, se lanzó a unas oposiciones para el cuerpo de Interventores de Hacienda. En 1980 ingresó en este cuerpo e inició una carrera en la Administración del Estado que en 1996 la había llevado a ser ya la Delegada de Hacienda en Cataluña.

Lanzada por Aznar al ruedo político, Julia García-Valdecasas tuvo que lidiar con problemas particularmente delicados, pues fue durante su mandato que tomó cuerpo el movimiento altermundista y la oposición a la invasión y la guerra de Irak que llenaron de manifestantes las calles de muchas ciudades de todo el mundo, y en Barcelona también, en cantidades muy destacadas.

García-Valdecasas exhibió antes estos movimientos la misma firmeza que su padre había acreditado ante los estudiantes en tiempos de Franco y algunas de las cargas policiales de aquella etapa provocaron, también esta vez, no pocas protestas políticas y peticiones de dimisión. También, incluso, con los recintos universitarios como escenario.

Esto no impidió, sin embargo, que Julia García-Valdecasas mantuviera una relación sin conflictos con los gobiernos nacionalistas de Jordi Pujol. A ella le tocó aplicar en Cataluña la ley que suprimió los gobernadores civiles, la LOFAGE, que creó las figuras de los subdelegados del Gobierno.

Estatuto de autonomía

Aunque por poco tiempo, cuatro meses, convivió como ministra de Administraciones Públicas con el primer Gobierno de la izquierda en Cataluña, el tripartito presidido por Pasqual Maragall. El que llevaba en su programa la reforma del Estatuto de Autonomía de Cataluña a la que el PP de Aznar había declarado ya su oposición. Durante aquellos meses, dominados por la dinámica preelectoral en toda España, sus relaciones con el tripartito fueron cordiales.

Aznar la nombró ministra cuando sabía ya que la entonces Delegada del Gobierno tenía síntomas de una enfermedad neurodegenerativa que tendía a paralizar su cuerpo sin afectar para nada a su lucidez intelectual.

En las elecciones de marzo de 2004 fue elegida diputada del PP en la provincia de Barcelona, pero el avance de la enfermedad, aunque lento, la impedía ejercer con la eficacia propia de su carácter dinámico, por lo que renunció al escaño en septiembre de 2006 y se retiró de la actividad política. Uno de sus compañeros de partido, el diputado Jorge Fernández Díaz, definió ayer la trayectoria política de Julia García Valdecasas, como la de una persona que dedicó "gran parte de su vida al servicio del Estado, primero como funcionaria y después en el ámbito político, en Cataluña y en Madrid".

Estaba casada con Xabier Añoveros Trias de Bes y tenía tres hijos.

Julia García-Valdecasas, en 2004.
Julia García-Valdecasas, en 2004.MANUEL ESCALERA

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