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Reportaje:21ª jornada de Liga

La madurez de Barkero

El campeón mundial sub 20 con Casillas y Xavi en 1999 triunfa al fin en el Numancia

A sus siete años, aquel chaval tenía una razón de peso para desear ser portero. Era 1986 y la portería de la selección española la ocupaba un convecino de Aretxabaleta (Guipúzcoa), Andoni Zubizarreta. Sin embargo, un motivo de mayor tonelaje hizo que José Javier Barkero (1979) jugara de cara a la portería, no de espaldas: aquella pierna zurda, tan sensible, tan robusta, no había sido puesta allí para sacar de puerta, sino para lanzar tiros libres directos, anudar botas, sortear contrincantes. En la cantera de Zubieta fue esculpido con mimo, llamado a liderar la segunda versión de la Real Sociedad campeona.

Pero los años fueron pasando, los entrenadores blanquiazules se sucedieron (Krauss, Clemente, Toshack, Denoueix, Amorrortu) y ninguno extrajo de su exquisito repertorio la partitura de la confianza, que preludia al éxito.

Con ocho goles es el centrocampista más certero en lo que va de campeonato

Todos, en San Sebastián, creyeron asistir a su triste epílogo cuando en 2006, taciturno y frustrado pero elegante, hizo las maletas para enrolarse en el Albacete, de Segunda.

Dos años y medio después, Barkero es el sheriff del Numancia, en el que despliega todo su fútbol: es el centrocampista más goleador de la Liga, con ocho dianas (dos de ellas, de penalti), sólo superado por delanteros tan reputados como Eto'o, Villa, Messi, Forlán, Higuaín, Henry, Agüero y Rossi. Esta noche amenazará al Madrid de Casillas, con el que conquistó en 1999 el Campeonato del Mundo sub 20 en Nigeria.

"Iker era el suplente de Aranzubia", recuerda Barkero. "También estaban Xavi, Marchena, Yeste, Orbaiz, Colsa, Gabri, Varela... ¡Una armada!", exclama. "No teníamos un líder, pero Xavi ya era de otro planeta. Hoy juega contra los mejores del mundo tan sobrado como entonces contra los juveniles", destaca.

No todos triunfaron. El pichichi de aquel Mundial fue el gallego Couñago, hoy en el Ipswich Town, inglés.

"A Barkero le pusimos entonces una cláusula de 5.000 millones de pesetas", recuerda un ex alto cargo deportivo de la Real. "Su calidad era impresionante", añade.

Pero la banda izquierda del primer equipo era propiedad de De Pedro. Así que Barkero fue subido a un carrusel de cesiones (Toulouse, El Ejido, Eibar). "La puntilla se la asestó Clemente cuando optó por apostar por Gabilondo como relevo de De Pedro", advierte el citado técnico.

"En San Sebastián, la sombra de De Pedro fue siempre alargada. La prueba es que sus dos sucesores, Gabilondo y Barkero, soportaron tal presión que se fueron y hoy triunfan. Fueron incomprendidos", afirma José Mari Amorrortu, máximo responsable ahora de la cantera del Atlético de Madrid. "Fue culpa de todos: la confianza que no me dieron y que yo no lo hice bien cuando debía", asume el futbolista.

"A veces, estos chicos tan protegidos en una cantera necesitan salir al exterior para hacerse adultos", indica Miguel Etxarri, ex director deportivo de la Real. "A Barkero le faltó carácter, la rebeldía que sí tuvo Joseba Llorente, que era de su quinta y decidió emigrar mucho antes", afirma un antiguo técnico de la Real. "No me falta carácter. Lo que pasa es que nunca quise desestabilizar un equipo con declaraciones egoístas", alega el jugador.

Es jueves y Barkero cumple con el ritual del Numancia. Dos días antes de cada partido, sus futbolistas se reúnen en el vestuario en torno a una mesa: tortillas, ibéricos, croquetas, carne rebozada, refrescos (el doctor Escribano ha erradicado el alcohol) y risas, el mejor pegamento. El hábito ejemplifica la familiaridad de la entidad, que se ha reforzado este invierno con el portero eslovaco Kelemen; el defensa ex madridista Raúl Bravo, cedido por el Olimpiakos, griego, y el delantero marfileño Lago Junior.

"Con la confianza del entrenador y sin presión, Barkero ya es el jugador que todos apuntaban", explica Amorrortu. "En Soria sé que, aunque lo haga mal dos partidos, voy a seguir jugando. Eso te refuerza", dice el propio interesado.

Desde la banda izquierda o la media punta, Barkero es la manija del Numancia. Es el tercer jugador de la Liga que más centros envía al área (uno cada nueve minutos) y lidera el apartado de pases que finalizan en remate: 28 (cuatro fueron gol). "Tiene un golpeo impresionante", valora Etxarri. "No entiendo que no haya jugado siempre en Primera", lamenta su compañero Goiria.

Barkero ha anotado dos goles monumentales, al Barcelona y el Madrid, que hoy visita el único estadio en el que los culés hincaron la rodilla. "Soria será una fiesta y saldremos a ganar", anuncia Barkero, que admira la verticalidad de Robben y el instinto de Raúl. ¿Casillas? "El mejor del mundo", resalta.

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