La clase media se va al garete

Avanza el Barcelona a una velocidad récord en la Liga, de victoria en victoria, con un promedio de 3,15 goles por partido, camino del triunfo final. Nadie había sumado tantos puntos en el campeonato hasta el momento (53) y no se recuerda en el Camp Nou un equipo tan fecundo como el de Guardiola (63). Alrededor de la figura de Messi se levanta un equipo imparable, igual de solvente contra el Madrid que frente al Numancia, sorprendente ganador de los azulgrana en el inicio del torneo. Los barcelonistas tardaron media parte en tomarse la revancha ante el cuadro soriano. El gol que rompía la defensa numantina, en cualquier caso, fue un compendio de las virtudes azulgrana: el cambio de orientación de Iniesta, la entrada por la banda de Alves y el remate con la punta del pie de Messi. Incluso el siempre discreto Abidal estuvo a juego con el futbol coral y solidario del Barça.

De alguna manera, el Barcelona y el Madrid se han intercambiado los papeles respecto a la pasada temporada. A día de hoy, el equipo entonces de Schuster sumaba 50 puntos, tres menos que ahora los azulgrana. El de Juande superó ayer al Deportivo (1-0) y totaliza 41 por los 43 que tenía el de Rijkaard en enero de 2008.

El tirón de los grandes ha sido tan manifiesto en las últimas cinco temporadas que la clase media futbolística ha quedado descolocada desde el último título ganado por el Valencia en la 2003-2004. El desplome ha sido general en el inicio de la segunda vuelta.

Ausente Villa, el equipo de Mestalla cayó ayer en Son Moix (3-1). No perdía el Valencia en cuatro salidas consecutivas desde 2003 y se contaban tres meses desde la última victoria del Mallorca. La inestabilidad institucional no ayuda a la reconstrucción de la plantilla emprendida por Unai Emery después de asegurarse la continuidad de sus futbolistas más cotizados, como son el propio Villa y Silva. Jurado se bastó ayer para poner en entredicho el plan del técnico del Valencia.

Tampoco se espabila el Atlético, que ni pierde ni gana, sino que empató en Málaga (1-1), un resultado que no ayuda precisamente a tomar decisiones en ningún sentido. Hasta ayer no le alcanzaba el juego mientras que en La Rosaleda le falló la pegada, circunstancia que confirma que por una cosa u otra nunca da el peso.

También el Villarreal ha perdido la armonía futbolística que le permitió postularse como alternativa al bipartidismo. Aunque siempre acabó la competición de manera formidable, al equipo de Pellegrini parece que le cuesta disputar la Liga, como si le pudiera el desgaste o la monotonía. No responde y el sábado no pudo con Osasuna: 1-1. Y también la pifió el Sevilla en su estadio frente al siempre peligroso Racing, que ha encontrado una mina en Zigic, recuperado en el mercado invernal: 0-2. El Sevilla se queda a 15 puntos del Barça pese a jugar con uno más durante una hora.

Únicamente el Madrid respondió con una victoria a la goleada del Barça y se consolida como segundo. Raúl desequilibró un partido que enfrentaba a equipos con dinámicas opuestas: los blancos sumaron su quinta victoria y los blanquiazules su quinta derrota. El Madrid es tan aburrido como fiable: le alcanza con un 1-0.

Así las cosas, la competencia por entrar en la Champions se presenta tan interesante como la pugna por evitar el descenso. Los tres últimos puntuaron ayer de la misma manera que quienes les preceden en la tabla solucionaron sus citas sin concesiones.

A la que dobla el calendario, el margen de error es mínimo.