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Reportaje:AIRE LIBRE

Senderos perdidos de roca y agua

Rutas por las orillas del Alto Tajo, que, horadadas por la fuerza del río, ofrecen paisajes de belleza inhóspita

Existen rincones perdidos donde se sumergen los olvidos por falta de atención, igual que algunas tierras ibéricas caen en la desmemoria de sus pobladores cuando éstos las abandonan. Los caminos y veredas que no hace muchas décadas unían pueblos vecinos y atravesaban montañas se ven relegados por la falta de uso.

La comarca castellano-manchega que alumbra y guarda los primeros pasos del río Tajo es uno de estos predios tocados por la amnesia. Un tramo de casi cien kilómetros de este curso fluvial, entre el sureste de la provincia de Guadalajara y el noreste de la de Cuenca, tiene colgado el cartel de parque natural. En la quebrada orografía ibérica prolifera un tipo de paisaje en el que los ríos barrenan las montañas con hirientes filos de agua que crean cañones y hoces; escenarios verticales de abismos y estrechuras. El parque natural del Alto Tajo se muestra así cuando el río recoge atropellado las aguas de sus nacederos y las precipita ruidosamente por un bosque guardado con usura entre cantiles rojizos.

La inhóspita belleza de este paraje se acrecienta al contemplar los procesos geológicos que han definido sus hechuras a lo largo de millones de años. La interpretación y divulgación de este patrimonio se ha convertido desde hace unos años en una de las principales faenas que desarrollan los gestores del parque. Por ello, Rafael Ruiz (ingeniero de montes y antiguo director del parque), Luis Carcavilla (geólogo e investigador del Instituto Geológico y Minero de España) y Esaú Rodríguez (geólogo) han desarrollado el proyecto Geo-rutas del Parque Natural del Alto Tajo. Nueve itinerarios que facilitan el conocimiento de la riqueza geológica y la formación de los paisajes. Los protagonistas: rocas de más de 400 millones de años y las formaciones caprichosas.

Con varias decenas de paneles explicativos y áreas de experimentación interactiva (rutas 4, 5 y 8), se dan a conocer al visitante en amenas excursiones minerales, fósiles, ríos de piedras, simas, edificios tobáceos, poljés, ciudades encantadas, torreones, lagunas kársticas y otros procesos geológicos.

En los centros de interpretación de Corduente y Orea se encuentra toda la información necesaria sobre las geo-rutas. Además de los trabajos de campo que han equipado las rutas con la infraestructura necesaria, se ha editado la Guía geológica del Parque Natural del Alto Tajo, elaborada por el mismo equipo.

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Parte de la localidad de Ocentejo y se adentra en el cañón del río Tajo en busca del paraje bautizado como Hundido de Armallones. El poder erosivo de las aguas del río ha labrado uno de los tramos fluviales más vertiginosos de la Península, con profundas paredes verticales donde anidan numerosas aves rupícolas, como buitres leonados, alimoches, águilas perdiceras y halcones peregrinos. La profundidad de las hoces crea en las solanas un microclima especial que sirve de refugio a especies vegetales de latitudes más meridionales, como carrascos, sabinas moras, madroños y labiérnagos. Como contraste, las umbrías se vuelven espesas entre bosques mixtos de pinos laricios, quejigos, tejos y mostajos. En los barros de la senda es fácil descubrir la presencia de los mamíferos. Las huellas de ciervos, corzos y jabalíes tachonan los pasos abiertos entre las orillas del río y la espesura, y si se observan con detenimiento las rocas al borde del agua, se adivina, por los restos de pescado, que éste es un buen refugio para las nutrias.

Ruta número 1

En su aspecto geológico, la ruta tiene seis paradas. El panel de la primera está en el propio Ocentejo. La segunda muestra un gran pliegue anticlinal casi vertical de rocas carbonáticas que por la erosión han dado lugar a escarpes aserrados, conocidos como "cuchillares". Tras medio kilómetro, la senda se sumerge en el cañón dejando ver la gigantesca depresión que las aguas han labrado. Unos cientos de metros más adelante, otra parada señala una cascada de piedra, un fenómeno muy abundante en el parque. Se trata de una surgencia de agua estacional cargada de carbonato cálcico que disuelve la roca caliza, dando forma a las tobas calcáreas, que se desmelenan por las laderas como cataratas sólidas.

La quinta parada se planta frente al famoso Hundido, un gigantesco desprendimiento de rocas que tuvo lugar en el siglo XVI. La última parada muestra lo que técnicamente se llama un "anticlinal fallado", resultado de la combinación de un pliegue y de una falla. La pista continúa más allá, pero no hay acceso durante la época de cría de rapaces (del 1 de febrero al 15 de junio).

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Ruta número 4

Enclavada en el corazón del Alto Tajo, permite conocer mejor dos de los elementos más singulares del parque: los cañones fluviales y los travertinos o tobas calcáreas. El sendero parte del encuentro entre los ríos Gallo y Tajo, en el puente de San Pedro, y discurre en su primer tramo a la vera del río Tajo arropado por un espeso boscaje de chopos, avellanos, cornejos, abedules y sargas. Hábitat muy querencioso para multitud de pequeñas aves, como lavanderas cascadeñas, petirrojos, mirlos y mosquiteros. La ruta tiene ocho paradas, con ocho obras singulares de roca y agua, y si el invierno arrecia, en la segunda salta la sorpresa al toparse con la cascada de la Escaleruela, que cuando se congela forma una cortina espectacular de carámbanos. Los tres descansos siguientes contemplan formaciones tobáceas, o travertinos, creadas por la precipitación del carbonato cálcico disuelto en el agua. La sexta localización sitúa el sendero por encima del barranco del Ciño Negro, cuyas paredes redondeadas con huecos, puentes, torreones, tormos y setas dan origen a uno de los relieves más característicos del Alto Tajo y la Serranía de Cuenca: las ciudades encantadas. El agua de lluvia filtrada por los recovecos de los páramos altos asoma en forma de surgencias, que en algunos casos, como en la siguiente parada, crea una pequeña laguna de aguas turquesas. El final del recorrido acerca los pasos hasta un lugar privilegiado para contemplar los elementos geológicos de la zona, el Mirador de Zaorejas, por encima del meandro encajado que describe el Tajo tras recibir las aguas del Gallo. Este oteadero es también uno de los mejores puntos para la observación de las grandes rapaces que pueblan los cañones.

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Guía

Comer

» Posada-Mesón Gancheros (949 81 40 32). Real, 2. Ocentejo.

» Hotel-restaurante Peñarrubia (949 81 61 29; www.penarrubiahotel.com). Carretera, 34. Zaorejas.

Dormir

» Albergue El Autillo (949 83 64 70; www.elautillo.com). Carretera de Tragacete. Orea. Habitación doble, desde 30 euros.

Información

» Página oficial del Parque del Alto Tajo

(www.turismocastillalamancha.com/espacios-naturales/parque-natural-del-alto-tajo.com).

» Centro de Interpretación del Alto Tajo Dehesa Corduente (cicorduente@jccm.es; 949 84 82 17)

. Todo el año, de 10 a 20. Lunes, cerrado. Visitas guiadas de 11 a 12.30 y de 16 a 17.30.

» Centro de Interpretación del Alto Tajo Orea (ciorea@jccm.es; 949 83 53 51).

Fines de semana y festivos, de 10 a 14 y de 16 a 18.

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