"En esta carrera la psicología es muy importante"
Durante el último año, Marc Coma (Avià, Barcelona; 1976) ha hecho cosas un poco extrañas. Se ha pasado horas cambiando las cámaras de los neumáticos de su moto con un cronómetro en la mano e incluso ha llegado a dormir en una tienda de campaña en su propia habitación. Esto último lo hacía con "el motorcito", que es como identifica a su máquina de hipoxia, un aparato que rebaja el índice de oxígeno en un ambiente cerrado. La finalidad era familiarizarse con las condiciones de altura que iba a encontrarse en el Rally Dakar, que el sábado le coronó en Buenos Aires. Este detalle permite hacerse una idea de la forma de trabajar que tiene este piloto de enduro, el segundo español que consigue imponerse en la carrera por etapas más exigente y el único que ha repetido la hazaña (ya ganó en 2006). Mientras sus rivales se limitan a salir a entrenarse, él sigue las directrices de un manual: el método Coma.
"Nani abrió la puerta y yo he dado un paso más. Aún no he terminado el trabajo"
Pregunta. ¿Cómo es eso de dormir en una tienda de campaña en casa?
Respuesta. Tuve que hacerlo. Me preparé muy bien el tema de la altura. Me fui a los Pirineos. Hice muchas sesiones en alta montaña, de aclimatación. Y, es verdad, incluso llegué a dormir en casa con la tienda de campaña. Enchufaba el motorcito
[una máquina de hipoxia que resta oxígeno] y... a dormir. Y luego resulta que, durante el rally, llegué a 4.700 metros y cogí un globo brutal.
P. ¿Cuántas veces le ha venido a la mente lo que le ocurrió hace dos años en África?
R. Muy pocas. Creo que estaba más en la cabeza de los demás. Fue algo que pasó y que luego analizamos bien. Hay una serie de cosas que tienes que hacer para preparar un Dakar. Una de ellas es el trabajo psicológico. En esta carrera, el componente psicológico es muy importante porque pasan muchas cosas.
P. ¿Tiene la sensación de haber saldado una cuenta pendiente consigo mismo?
R. Sí, algo sí que he sacado de dentro.
P. ¿Se esperaba terminar con una hora y media de ventaja respecto al segundo?
R. La clasificación indica que la diferencia es mucha, pero, si se analiza la carrera, uno se da cuenta de que no ha sido fácil. Ha sido muy psicológico. Hoy fuerzas un poco. Al día siguiente ves que contesta él, que aprieta. El objetivo siempre fue no aflojar. Aunque parezca extraño, tener tanto tiempo a tu favor aún complica más las cosas a la hora de plantear las etapas porque lo único que puedes hacer es perder lo que tienes.
P. Cuándo habla de él, ¿se refiere a Cyril Despres?
R. Sí, claro. Aunque hasta el final no se colocó segundo, estaba claro que el rival era Cyril. Además de yo mismo, era el único que ya había ganado. Teníamos claro que él era el hueso.
P. ¿No le ha decepcionado un poco?
R. Hemos probado mucho los materiales y hecho lo posible para entender qué elementos íbamos a llevar durante la carrera. No sé si él ha hecho lo mismo.
P. ¿Qué importancia tienen Jordi Viladoms y Gerard Farrés, sus mochileros?
R. Sin ellos, no habría ganado. Hemos pasado un año juntos, compenetrándonos, y les estoy muy agradecido por el sacrificio.
P. ¿Ha sabido algo más del señor que le socorrió a media etapa y le dio aceite?
R. ¡Bufff! Algo que podía haber significado tener que abandonar ha quedado como una anécdota. En el Dakar siempre aparecen personas que te sacan de un apuro de forma desinteresada, sólo por pasión. Le estaré eternamente agradecido, aunque no creo que sea consciente del papel que ha jugado en la carrera.
P. ¿Se relajará ahora que ya ha ganado un Dakar más que Nani Roma?
R. Nani nos abrió la puerta y yo he dado un paso más. Antes de que él ganara el Dakar, parecía imposible que un español lo lograra. Jordi Arcarons se quedó cuatro veces a las puertas, Carlos Mas también hizo lo suyo, lo mismo que Óscar Gallardo. Nani nos hizo creer que ganar era posible. Lo único que he hecho yo ha sido trabajar con esa misma meta. Pero mi trabajo aún no ha terminado.
P. ¿En cuánto tiempo cambia una cámara de su moto?
R. El récord, sacando la rueda y volviéndola a colocar, lo tengo en 8m 50s.
P. El destino de todo motociclista que gana un Dakar parece pasarse a los coches. ¿No preferiría competir sin estar tan expuesto al peligro?
R. Está claro que mi trabajo conlleva un riesgo. Pero le tengo mucho respeto a la moto. Intento plantear las carreras sabiendo cuál es mi ritmo. Si supero mi ritmo, el riesgo se incrementa mucho. Por eso no lo hago. Voy seguro. Es verdad que siempre pueden pasar cosas, pero no tengo la sensación de ir demasiado apurado.
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