Feijóo admite que si no llega a la mayoría absoluta fracasará
El candidato del PP elude hablar de dimisión pero lo insinúa
Alberto Núñez Feijóo lleva menos de cuatro años al frente del PP gallego. Le tocó la difícil papeleta de relevar a Manuel Fraga, el fundador, el hombre que lo fue todo en Galicia durante 16 años con sus mayorías absolutas. Pero Feijóo no se arredra. Está dispuesto a jugarse todo su futuro político a una carta, la del 1 de marzo. Ayer solemnizó este órdago en Madrid ante la cúpula directiva de su partido. Aunque no habló en ningún momento de dimisión, la apuesta era tan fuerte que parecía insinuarla. "Tenemos un único objetivo: la mayoría absoluta. No nos conformaremos con menos de 39 escaños [uno más que la mayoría absoluta y dos más que en 2005]".
Feijóo evitó cualquier tipo de justificación sobre un posible resultado igual al de 2005, esto es que no llegue a la mayoría absoluta, a pesar de que las encuestas lo detectan como muy posible, incluso la bajada en escaños.
Para el líder del PP gallego, que fue muy aplaudido por los suyos y luego especialmente alabado por su presidente, el también gallego Mariano Rajoy, su partido está "en las mismas condiciones" que en 2005 y por tanto debe aspirar a mejorar los resultados en todas las provincias y ciudades.
Pero entonces, aunque Feijóo no lo dijo, el PP estaba en el Gobierno, con lo que eso significa en una comunidad donde el control político de las instituciones implica una clarísima ventaja electoral, y sobre todo, gracias a ese dominio, controlaba ampliamente el voto de los emigrantes, el 15% del censo, según este dirigente.
Fue la única aparente excusa que buscó Feijóo ante la posibilidad de una derrota por la mínima. El PP, aseguró, sale en estas elecciones a ganar, "no para perder e intentar que el 15% del censo, que no puede votar en urna, nos arregle el resultado y nos permita ganar en el último momento". Rajoy, que piensa volcarse en una campaña en su tierra en la que también su liderazgo se juega mucho, criticó al PSdeG por haber "mendigado el apoyo de los nacionalistas" del BNG y por haber aceptado que se rompan, en su opinión, los consensos lingüísticos sobre el gallego que llevaban años instalados
Feijóo también reivindicó su papel en estos cuatro años al frente de un PP gallego que ha tenido que recorrer la larga travesía del desierto de la oposición sin Fraga. "En estos cuatro años hemos mantenido la unidad", aseguró. Hasta cuatro veces repitió la idea de "un partido unido" después de que en el proceso congresual de 2005 se presentaran cuatro candidaturas. Quería así destacar que, contra todo pronóstico, el PP no se rompió en mil pedazos al perder el pegamento del poder.
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