Un castigo demasiado doloroso
El Málaga derrota a un Betis que dominó pese a quedarse con nueve jugadores
El Betis sigue en barrena, incapaz de alejarse de los puestos de descenso. Aunque ayer se dejó la piel, el alma y todo lo que tenía para tratar de evitarlo. Fue su mejor encuentro de las últimas semanas (lleva un punto de los últimos 18 posibles). Pero, pese a jugar con diez futbolistas durante 65 minutos y con nueve en la última media hora; pese a acosar a Goitia y convertir al meta vasco en el futbolista más valioso del Málaga; pese a hacerse dueño del terreno de juego y encerrar al cuadro de Antonio Tapia en su guarida; pese a todo esto, el equipo verdiblanco murió en el intento. Eliseu dio valor al penalti que había transformado antes Apoño y el conjunto malagueño se llevó, sin quererlo, tres puntos que le acercan a las plazas de la Copa de la UEFA.
BETIS 1 - MÁLAGA 2
Betis: Ricardo; Nelson, Melli, Juanito, Fernando Vega; Mehmet Aurelio, Arzu; Sergio García, Emana, Juanma (Damià, m. 52); y Pavone (Xisco, m. 62) (Rivera, m. 88). No utilizados: Casto; Rivas, Diego Segura y Rodri.
Málaga: Goitia; J. Gámez, Hélder Rosario, Weligton, Calleja; Lolo (Eliseu, m. 52), Apoño; Duda, Baha (A. Luque, m. 72), Nacho; y Adrián (José J. Luque, m. 81). No utilizados: Arnau; De Barros, Gaspar y Miguel Ángel.
Goles: 0-1. M. 18. Apoño, de penalti. 1-1. M. 38. Emana. 1-2. M. 92. Eliseu.
Árbitro: Turienzo Álvarez. Expulsó a Melli con tarjeta roja y a Emana por doble amarilla. Amonestó a Juanito, Jesús Gámez y Hélder Rosario.
40.000 espectadores en el Ruiz de Lopera.
Paco Chaparro reestructuró su once habitual. Arzu se adelantó hasta el medio centro, Melli formó con Juanito la pareja de centrales y Pavone recuperó su lugar en la punta del ataque. El nuevo dibujo bético funcionaba. Hasta que Turienzo Álvarez decidió que era el momento de aparecer en escena. Señaló un penalti sobre Nacho que hizo bueno Apoño. Y más tarde fue excesivamente riguroso en la expulsión de Melli por una falta sobre Apoño.
Al Betis le quedaba más de medio partido por delante. Pero con uno menos fue más. Más y mejor que el Málaga, que dio dos pasos atrás. El equipo de Chaparro se creció ante la adversidad. Emana puso toda su casta y pundonor en un trallazo de falta que perforó la barrera malaguista y la portería de Goitia. Su intensidad no decayó tras el descanso. La entrada de Damià incrementó, aún más si cabe, las revoluciones del Betis, que incluso se sobrepuso a la pérdida de Emana, indignado con el árbitro tras recibir la segunda tarjeta amarilla.
Fundido como estaba después de una lucha titánica, al Betis le venció la falta de aliento en el tramo final. Eso, y un zurdazo de Eliseu desde la media luna en el tiempo de descuento. Un castigo inmerecido, demasiado doloroso.
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