Faustino Soria, presidente de la Federación de Kárate
Faustino Soria había sido reelegido por cuarta vez presidente de la Federación Española de Kárate el pasado julio, poco antes de los Juegos de Pekín. Pero su deporte aún no está en el programa olímpico. Por ello no pudo sumar podios seguros al medallero español. Soria, que fue encontrado muerto ayer en su casa de Arganda del Rey (Madrid), tenía 55 años y ha sido el último capitán del pujante kárate nacional, el deporte que más medallas ha conseguido en campeonatos europeos y mundiales en los últimos años. Cinturón negro, séptimo dan (sobre el máximo de 10), propietario de varios clubes, aún daba algunas clases y se encontraba en buena forma física, aunque una caída reciente le había provocado una lesión de rodilla. La Guardia Civil se personó en su chalé a instancias de Benjamín Rodríguez, vicepresidente ejecutivo de la federación y presidente de la asturiana, que llevaba tres días intentando localizarle.
Soria era uno de los presidentes afines y muy amigo del actual presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, anterior mandatario del yudo, al que apoyó en su candidatura. Sucedió en el kárate a Antonio Espinós, presidente ahora de la internacional, en 1996. Todos estaban empeñados en conseguir el pasaporte olímpico para el kárate, que ha tenido dos graves obstáculos en su camino. Primero, su propia desunión en distintas asociaciones internacionales en el pasado, que impedía una negociación clara. Después, una injusticia, la influencia del surcoreano Un Yong Kim, que aprovechó la moda del momento con los Juegos de Seúl 88 para pasar por delante al taekwondo, un deporte mucho menos practicado en el mundo.
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