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Crónica:Ida de los octavos de la Copa del Rey
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Betis quita fuelle al matagigantes

Mikel Ormazabal

El Betis le bajó los humos al Real Unión muy pronto. Antes del partido, en Irún se avivaron los rescoldos que quedaban de la prodigiosa eliminación copera del Real Madrid. Pero la efusión que dio aquella gesta se enfrió de repente. La tarjeta de presentación de los locales, su fama de matagigantes y el decoroso papel que venían realizando en este torneo, no asustó ni inquietó a su rival. Un Betis en horas bajas -acumula tres derrotas seguidas en la Liga- supo imponer con sencillez y buenas maneras su autoridad casi de inicio.

El Real Unión le plantó cara al Betis. Le miró de frente, con descaro, y quiso jugarle de tú a tú, pero la fórmula mágica que sirvió contra el Madrid no dio el mismo resultado contra los andaluces. Esta vez, el humilde no pudo sorprender al poderoso. El fuelle copero de aquél se acabó en cuanto los béticos mostraron sus galones. Estos se hicieron cargo de la situación enseguida, en cuanto Emaná tomó la autoridad del centro y comenzó a repartir el juego allí donde quería, unas veces para aprovechar las escapadas de Xisco por la izquierda, otras para servir a Damià por el flanco contrario.

REAL UNIÓN 0 - BETIS 1

Real Unión: Eduard; Larrainzar, Mendinueta, Berruet, Carracedo (Gabarain, m. 70); Agirre, Villar (Manu, m. 73); Salcedo (Domínguez, m. 60), Romo, Seguro; y Goikoetxea. No utilizados: Otermin y Sanz.

Betis: Ricardo; Ilic, Melli, Rivas, Monzón (Vega, m. 33); Arzu (Aurelio, m. 68), Rivera; Damiá, Emaná, Xisco (Juanma, m. 71), y Pavone. No utilizados: Casto y Segura.

Goles: 0-1. M. 11. Damiá.

Árbitro: Undiano Mallenco. Amonestó a Aurelio.

3.000 espectadores en el Stadium Gal.

El gol de Damià, en jugada personal -un buen control, un autopase preciso, una galopada larga y un disparo certero-, congeló el partido y puso las cosas como quería su equipo. En una noche gélida (dos grados bajo cero), el Betis se ocupó de enfriar las ansias que traía el Real Unión. El humilde Segunda B trató de suplir su desventaja técnica con un juego impetuoso y voluntarioso, pero nada más. Atacó con acierto por la derecha con un zurdo (Seguro) al estilo Messi. También lo intentó en la segunda parte con el efecto Domínguez, el jugador que le marcó dos goles al Madrid en el Gal. No sirvió. Sólo disfrutó de dos ocasiones claras de Goikoetxea.

El Betis concedió poco, controló la situación siempre, aunque no logró apagar la esperanza unionista de conseguir otra hazaña en Sevilla.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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