Conor Cruise O'Brien, político e intelectual irlandés
Diplomático, político, escritor, periodista, director de periódico, crítico, historiador, ensayista y, por encima de todo, contradictorio y polemista, Conor Cruise O'Brien (Dublín, 1917-2008) ha sido una de las figuras intelectuales más brillantes y controvertidas del siglo XX en la República de Irlanda. Murió el 18 de diciembre a los 91 años.
Famoso por sus fogosas polémicas a menudo rayanas en el odio personal, su vida estuvo llena de controversias, desde su preeminente papel en la controvertida intervención de tropas de las Naciones Unidas en el Congo, a su cruzada personal contra el primer ministro irlandés de la época, Charles Haughey, o su poco comprendida decisión de militar en el partido unionista pro británico. Pero, por encima de boutades o contradicciones, el mayor legado de Conor Cruise O'Brien ha sido hacer comprender a los irlandeses que la unidad de la isla no puede conseguirse sin el asentimiento de los unionistas pro británicos, a pesar de ser éstos una minoría. Un mensaje que no era fácil defender en los años sesenta o setenta, pero que está en la misma base del proceso de paz de Irlanda de Norte.
Hijo único del matrimonio formado por Francis Cruise O'Brien y Kathleen Sheehy, en el que se habían fusionado la inquietud intelectual y la pasión por la política, O'Brien perdió a su padre cuando tenía 10 años y a su madre cuando tenía 21. Estudiante precoz y brillante, en sus tiempos en el Trinity College tuvo tiempo también para desarrollar tres de los grandes amores de su vida: las mujeres, el periodismo y el Partido Laborista. Al terminar sus estudios se decantó por la función pública y ganó, al segundo intento, una plaza en el Ministerio de Finanzas, del que a los dos años pasó a Exteriores.
Durante siete años dirigió la Agencia de Noticias Irlandesa (INA, en sus siglas en inglés), de la que pasó en 1957 a Naciones Unidas coincidiendo con el ingreso de Irlanda. Hombre de confianza del entonces secretario general, Dag Hammarskjold, entre 1960 y 1961 dirigió las polémicas operaciones en el Congo, que luego defendió en su libro To Kananga And Back.
A finales de los sesenta, de vuelta a Irlanda, O'Brien era ya una figura conocida y estaba plenamente implicado en la política local. Aunque siempre fiel a la República, el conflicto de Irlanda del Norte le había arrastrado a posiciones profundamente antinacionalistas y sus opiniones provocaban enorme controversia en el sur, incluso en su propio partido, el Laborista. Su radicalismo le hizo enfrentarse no sólo a los republicanos del Sinn Fein, sino a los nacionalistas moderados del SDLP de John Hume, y en los noventa llegó a ser miembro del partido unionista de Robert McCartbney, a juicio de algunos "ignorando los defectos de los propios unionistas".
"Sí, soy pro británico. También soy pro francés y pro americano. Incluso pro ruso, porque estoy a favor del pueblo ruso. Pero antes que nada soy pro irlandés. Irlanda es mi país y soy tan irlandés como cualquier maldito hombre del IRA", aclaró entonces.
Antes de llegar a ese extremo, que quizás devaluó otros logros, O'Brien fue diputado y llegó a servir como ministro, manteniendo en vigor la ley que impedía airear entrevistas audiovisuales con dirigentes del IRA y el Sinn Fein. Tras perder su escaño en 1977, se consagró al periodismo y a las tareas académicas. Desde su columna del Irish Times mantuvo su oposición a Haughey, al que llamaba Gubu (por las palabras en inglés grotesco, inusual, extraño y sin precedentes).
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