Las reliquias de los comechingones

Los comechingones no son los malos de la última película de Indiana Jones, aunque podrían serlo si tratara sobre los clanes aborígenes de Argentina. Además de esta tribu, los encargados de diseñar el recorrido del Rally Dakar Argentina-Chile tuvieron muy en cuenta a muchas otras que se reparten por toda Suramérica. "Vaya susto se dieron los tehuelches cuando se enteraron de que su cementerio podía estar en medio de la ruta de la carrera...", comenta Julio Escobar, uno de los encargados de garantizar la seguridad del campamento en Puerto Madryn. "El problema es que hay tribus, como los comechingones [del Sur], los onas [de Tierra de Fuego] o los pampas [del centro], que veneran a sus muertos en cementerios que no se identifican, pero que están allí", explica este loco del fútbol que saca pecho por ser de Bahía Blanca, "la tierra de Manu Ginóbili", el gran baloncestista.

A su lado, uniforme militar y gafas de aviador al más puro estilo Top Gun, se incorpora Ricardo Krakowiechi, sargento primero: "Aunque no lo parezca, en esta región aún hay muchas tribus que viven alejadas de la civilización. Los tehuelches, que sólo comen capones [ovejas castradas] y wanakos, que son las llamas de acá, o los matacos, y los onas, de más al Sur, que son los que van con pieles de cordero porque por allí hace mucho frío".

Puerto Madryn se viste de fiesta para recibir al Dakar como todas las ciudades o pueblos que atraviesa la prueba. "Aquí hay unos 100.000 habitantes y se espera que vengan 100.000 locos más a ver los coches", comenta Lino, un empleado contratado por la organización y que va de aquí para allí, según le mandan. La calle principal que cruza este pueblo de la Patagonia está a rebosar de gente que desde primera hora de la mañana hace la misma pregunta a todo aquél que creen involucrado con el rally: "¿Cuándo llegan los pilotos?".

"Nos mantenemos alerta porque había riesgo de que se organizaran manifestaciones en contra de la carrera. Pero no creo que haya lío porque el recorrido se modificó y los aborígenes se quedaron tranquilos", matiza Morales, miembro del cuerpo de Policía de la provincia de Chubut. Una suerte para los comechingones y para todos los demás.