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Crónica:17ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

La insistencia premia al Barça

Iniesta y Touré logran remontar un partido muy atascado contra el Mallorca

El Barcelona vive condenado a descontar los partidos como si cada uno de ellos fuera el último examen que le toca vivir. Con esa extraña inquietud empezó el año. Aunque el rival fuera un rugoso Mallorca, a Guardiola no le bastó con cambiar cinco jugadores respecto al último equipo para mantener el estupendo juego con el que su equipo había batido a sus principales rivales en el campeonato. Se le atragantó al Barcelona el partido. Más que por su buen juego, lo ganó por su insistencia, con un gol tardío y tras un rebote de Iniesta, que volvía tras su lesión. El gol fue muy protestado por el Mallorca, por posible fuera de juego de Gudjohnsen. Touré culminó la remontada del Barça con la mejor jugada del partido.

BARCELONA 3 - MALLORCA 1

Barcelona: Valdés; Puyol, Márquez (Sylvinho, m. 70), Víctor Sánchez (Alves, m. 56), Abidal; Xavi, Touré, Gudjohnsen; Hleb (Iniesta, m. 67), Eto'o y Henry. No utilizados: Pinto, Bojan, Keita y Busquets.

Mallorca: Lux; Josemi, Nunes, Ramis, Corrales; Scaloni (Santana, m. 76), Martí, Suárez (Jurado, m. 82), Varela; Arango y Aduriz (Webó, m. 82). No utilizados: Aouate, D. Navarro, Keita y Ayoze.

Goles: 0-1. M. 15. Aduriz, tras un error de Touré. 1-1. M. 31. Henry, de tiro cruzado. 2-1. M. 75. Iniesta, a pase de Gudjohnsen. 3-1. M. 92. Touré tras una jugada individual.

Árbitro: V. Carballo. Expulsó a Josemi (m. 88) por doble amonestación. Mostró la amarilla a Henry, Suárez, Márquez, Aduriz, Xavi, Lux, Alves, Scaloni, Arango y Corrales.

Camp Nou. 60.399 espectadores.

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El Barcelona logró sobreponerse al frío ambiental propiciado por los debates avivados durante las vacaciones. Guardiola prescindió de Messi en el descarte final y apostó por Hleb antes que por Bojan. Además, con Piqué enfermo, usó a Victor Sánchez y dejó en el banquillo a Alves. Guardiola tensó tanto al equipo tratando de meterlo en el partido que corrigió la disposición de los zagueros atendiendo a la posición que ocupó Arango. En consecuencia, Puyol se fue al lateral y le tapó Sánchez, que acompañó a Márquez como central zurdo. Venía el equipo castigado por las ocasiones que cedió ante el Madrid y el Villarreal, que bien pudieron costarle puntos, y Guardiola empezó por taparse la cabeza antes que los pies. Confiado al instinto de Eto'o y reiterando su extrema confianza en Henry, resultó que el juego se atascó en el centro del campo.

Frío, reiterativo, poco generoso al ofrecerse al pase, el Barcelona propuso poco ante el oficio del Mallorca. Xavi, Touré y Gudjohnsen sufrieron demasiado, atascados en la primera línea de presión de los mallorquines. Al Barcelona sólo le sacó del sopor Aduriz a la primera que pilló. Le robó un pase a Touré, retrató a Sánchez, le dijo adiós a Puyol y mató la salida de Valdés con una elegante vaselina. Precioso. Resulta que el Mallorca jugó más o menos como lo hizo el Madrid la última vez que hubo Liga en el estadio. Pero ni era un clásico, ni el delantero del Mallorca es Drenthe.

Le costó al Barcelona encontrarse, no se reconocía. Pese a no estar fino, no le tembló el ánimo. Márquez trató de saltarse la presión del Mallorca a la brava, con pases cruzados, con tal de mover el orden defensivo del rival. Resulta que a empujones se acercó el Barça al área del Mallorca y eso es tentar a la suerte. La primera vez que pisó área, la cazó Eto'o y el balón rozó la cruceta; las dos siguientes, Lux logró rechazar el balón a duras penas. El Barcelona rondaba el empate y, la tercera vez que sacó de esquina, sirvió para que Henry acabara marcando su quinto gol en los últimos tres partidos de Liga.

El Barcelona tendió a llenar los pasillos interiores pero no se descolocó mucho el Mallorca, muy batallador, tanto que los roces y las tarjetas fueron la constante del partido. Atinó pocas veces a activar los pasillos, por mucho que tanto Puyol como Abidal jugaran casi por delante del medio centro. Exigido a jugar muy bien en la recuperación antes que en la definición para solventar los partidos de buenas a primeras, mostró el Barcelona más intención que acierto.

Sólo la salida de Alves y poco después de Iniesta acabaron de decantar el duelo, porque Guardiola invitó a sus jugadores a irse a por el partido y el Mallorca se venció. Inútil la estrategia, con el pie muy frío en el último pase, buscó el Barcelona el gol por la tremenda. En presencia de Johan Cruyff y Maradona, el equipo de Guardiola fue valiente pero jugó mal y aunque atacó con ganas, abrió el año con una victoria desangelada que mereció sólo porque nunca renunció a ganar el partido.

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