El récord de la clase
Wildeboer bate la plusmarca mundial de 100m espalda en piscina de 25 metros
Paulus Wildeboer miraba a su hijo Aschwin hacer cabriolas subacuáticas en la piscina de la Residencia Blume, en 2005, y decía cosas que parecían producto de la subjetividad paterno-filial: "Hay nadadores que tú los ves y son unos troncos y hay otros que nadan con facilidad porque tienen un talento innato. Yo me sorprendo de las cosas que hace Aschwin en el agua. Aschwin hace cosas que ni te las puedes imaginar".
Ayer, en Madrid, durante los Campeonatos de España en piscina corta (25 metros), Aschwin Wildeboer batió el récord mundial de los 100 metros espalda. El nadador del club Sabadell cubrió la distancia en 49,20s en la posta de los relevos de 4 - 100m estilos. Su registro confirma una progresión marcada por la clase y el esfuerzo. La evolución ha sido tan buena que ahora Wildeboer se plantea subir al podio en los Mundiales de Roma de piscina larga (50 metros) del próximo verano. Lo confirmó ayer el director técnico de la federación, Mauricio Cocconi: "La marca de Aschwin, como la de Mireia Belmonte, que batió el récord mundial de 400 estilos en piscina corta durante los Europeos de Rijeka, es significativa de las posibilidades que tienen ambos de conseguir medallas en Roma".
Su tiempo confirma una progresión marcada por el talento innato
"Luchará por medallas en el Mundial", dice el director técnico
"Ni Aschwin ni Mireia son especialistas en piscina corta", prosigue Cocconi, "y, sin embargo, han batido dos récords mundiales. Esto significa que han empezado bien el ciclo de preparación de los Mundiales y que han consolidado su experiencia olímpica. En Pekín desarrollaron su personalidad en la máxima competición. A partir de ahora les tocará luchar por las medallas".
La carrera de Wildeboer ha seguido un itinerario poco común. Siempre se entrenó a las órdenes de su padre, Paulus, que primero fue responsable técnico del Club Sabadell y después fue nombrado director del grupo de la Residencia Blume. Cuando le despidieron, en 2006, Aschwin siguió a Paulus junto con un grupo heterogéneo que fijó su cuartel general en la piscina del Club Natación Mataró. Este conjunto de nadadores se entrenó prácticamente al margen del grupo de la federación con un programa de preparación singular. El plan dio resultados y Aschwin consiguió en los Juegos de Pekín un séptimo puesto en la final de los 100 espalda.
"Mira los pies que tienen el ruso Vyatchanin y el austriaco Rogan", decía Paulus mientras observaba el paso de los gigantes que competían con su hijo en Pekín. El muchacho había nadado las semifinales en 26,39s, a pesar de la mala salida. Su evolución había sido notable. Aschwin, que mide 1,84 metros, no respondía al modelo habitual de espaldista. Ni mide dos metros ni calza un 47.
Su clase, su capacidad para flotar sin esfuerzo y su extraordinaria técnica subacuática le han dotado de una fuerza competitiva extraordinaria. Lo demostró cuando batió el récord europeo de 200 espalda en Rijeka y lo volvió a confirmar ayer.
Ahora volverá a entrenarse en Dinamarca, donde reside junto a su padre desde este verano. Paulus es el nuevo director técnico de la federación de ese país.
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