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El PP aclama de nuevo a Fabra, imputado por tráfico de influencias

El reelegido presidente provincial de Castellón sigue para defender su "nombre"

María Fabra

Los populares valencianos aclamaron ayer de nuevo en su reelección como presidente provincial del partido en Castellón a Carlos Fabra, imputado por tráfico de influencias y fraude fiscal. El presidente de la Diputación de Castellón justificó ayer en Peñíscola, donde se celebra el congreso provincial, su continuidad en la política y como líder castellonense. "Lo hago para defender a mi familia, mi nombre y al Partido Popular", alegó. Fabra, investigado por presuntos delitos contra la administración pública y un posible fraude fiscal, realizó, en la presentación de su candidatura en el décimosegundo congreso de los populares de Castellón, un alegato sobre la presunción de inocencia y los derechos humanos. Fue el único que osó referirse a la investigación judicial de la que es objeto y despejó cualquier duda sobre su futuro, al menos, a medio plazo. "Sigo aquí, firme", dijo. Y aunque sostuvo que ésta será la última vez que opte a la presidencia del partido, después de más de 18 años en el puesto, puntualizó que hace poco más de un año que repitió como presidente de la Diputación, cargo para el que no tiene fecha de abandono. Fabra, quien pretendió hacer una gracia, aunque de mal gusto, al alegar que padecía Alzheimer y así justificar que leyera su intervención, habló de sus nietos y pidió empezar de cero después de 30 años vinculado a la política provincial.

El presidente dice que Fabra "es lo mejor que le puede suceder a Castellón"
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Tan emotiva fue la intervención de Fabra que así lo resaltó el presidente regional del PP, Francisco Camps, quien alegó que Castellón "es la esencia del buen hacer de los políticos del PP". Camps desbordó sus elogios al reelegido presidente provincial al decir que "es capaz de saludar por su nombre a la práctica totalidad de los ciudadanos de la provincia de Castellón" y al afirmar que "es lo mejor que le puede suceder a la provincia".

El gesto de crear un cargo de adjunto a la presidencia, que ocupará el vicealcalde de Castellón, Javier Moliner, con el que el PP ha pretendido escenificar el principio de la renovación del partido en Castellón, quedó ayer totalmente diluido al hacerse públicos los nombres de quienes ocupan la dirección provincial y al aprobarse, a la vez, la inclusión de otro cargo intermedio, al que se otorga el control de las vicesecretarías. Además, el 12 congreso del PP de Castellón concedió a los diputados provinciales un puesto en el organigrama del PP de Castellón, con lo que Fabra mantiene el control sobre todo el organigrama provincial."Los proyectos personales no suelen cuajar", advirtió Fabra al nuevo adjunto a la presidencia después de desvelar que ha repescado al ex vicepresidente del Consell Víctor Campos para ocupar un puesto en el comité ejecutivo del PP de Castellón. Un comité ejecutivo en el que el presidente puede designar hasta a cinco miembros, según los estatutos, aunque, en esta ocasión, el propio Fabra decidió que fueran seis. Su "propuesta", lanzada a los congresistas sin la posibilidad de obtener respuesta poco antes de que se celebrara la votación, fue tan incuestionada como su propia candidatura, que obtuvo el 98,83% de los votos de los afiliados que participaron en el congreso. Sólo hubo 12 votos en blanco y nueve nulos, con lo que la reelección de Fabra alcanzó un porcentaje, según dijo, "mayor de lo que podía haber soñado después de 18 años, cinco meses y cinco días".

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Tras aceptar "el encargo de ser presidente provincial durante los próximos tres años", Fabra dijo compartir con Camps la idea de "convertir nuestra provincia en la Florida de Europa".

Fabra quiso alentar la ambigüedad sobre su posible sucesor y habló de Moliner indicando que "el día de mañana, si el partido lo considera conveniente y él tiene ganas e ilusión" asumirá la responsabilidad de presidir el PP de Castellón. Sin embargo, aconsejó a Moliner "trabajar mucho", pero no desveló qué funciones delegará en él. Los estatutos aprobados también ayer designan como única función del adjunto a la presidencia la coordinación y el seguimiento de los programas electorales, además de "las tareas que delegue el presidente". Sin embargo, Fabra eludió explicar a qué se dedicará el nuevo adjunto a la presidencia y sólo dijo que le "sustituirá en muchos sitios".

Tampoco Javier Moliner pudo adelantar mucho sobre su tarea en el partido y sólo dijo que llega "con una mochila cargada de ilusión y con ganas de trabajar".

Pese a los intentos de perpetuarse demostrados ayer por Carlos Fabra y pese a la recuperación de Víctor Campos en el organigrama del partido, algunos afiliados abandonaron el congreso sopesando la posibilidad de que Camps encargue a Moliner y, por tanto, al alcalde de Castellón, Alberto Fabra, una revuelta desde dentro que, de verdad, ponga fin al fabrismo. Así, vaticinaron la importancia del papel que jugará el propio Alberto Fabra, si se da el caso, aunque también plantearon el hecho de que la relación de éste con Víctor Campos puede dar lugar a una sucesión más tranquila y más acorde a las pretensiones de Carlos Fabra que, en cualquier caso, ya ha manifestado su deseo de que su hija, Andrea Fabra, mantenga la saga, siga con la línea sucesoria y llegue a ser presidenta de la Diputación de Castellón.

"Esto no es el principio de una sucesión", afirmaba ayer con rotundidad uno de los compromisarios antes de añadir que "quizá" la renovación llegue en el próximo cónclave de los populares castellonenses y sólo en el caso de que "se celebre un congreso de verdad". Fabra fue ayer centro, eje y núcleo del congreso. Las ponencias, las comunicaciones y cada una de las intervenciones hicieron referencia a sus bondades y al continuo resultado en las urnas que, en las últimas elecciones, llevó al PP a lograr más del 50% de los votos de los castellonenses. "El partido gira entorno a la figura de Carlos Fabra", dijo Marisol Linares poco antes de ser reelegida como secretaria general provincial.

"Hemos venido a votar y a aplaudir a Carlos Fabra", dijo Francisco Camps, y así lo hicieron incluso cuando el propio Fabra dijo "soy uno de los vuestros" y cuando anunció que el grupo elegido para amenizar el tiempo de votación era Presuntos Implicados, lo que provocó más de un codazo, dada la situación judicial en la que se encuentra.

La imputación de Fabra por varios supuestos delitos contra la administración pública y un fraude fiscal apenas tuvo eco en el congreso. El secretario regional, Ricardo Costa, lo limitó a lo que, a su parecer, es "una obsesión enfermiza" de los socialistas contra Fabra. Costa añadió que ha obtenido siempre el "apoyo unánime y masivo de todos los militantes de Castellón".

Francisco Camps levanta la mano de Carlos Fabra, ayer, tras su reelección en el congreso provincial del PP celebrado en Peñíscola.
Francisco Camps levanta la mano de Carlos Fabra, ayer, tras su reelección en el congreso provincial del PP celebrado en Peñíscola.ÀNGEL SÁNCHEZ

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