Industria prepara una subida de las tarifas eléctricas del 3,5% en enero
La propuesta, en plena negociación con el sector, se enviará esta semana a la CNE
El Ministerio de Industria enviará esta semana a la Comisión Nacional de la Energía (CNE) una propuesta de revisión de las tarifas eléctricas a partir del 1 de enero que contempla, como escenario más probable, una subida media del 3,5%. Así lo afirman fuentes conocedoras de los trabajos que lleva cabo la secretaría general de la Energía y así lo creen las empresas. La propuesta coincide con la negociación que lleva a cabo el ministerio con las compañías eléctricas para solucionar el déficit tarifario acumulado desde 2000 y que a fin de año llegará a 16.500 millones de euros.
La subida, que tradicionalmente se aprueba en el último Consejo de Ministros del año, supondrá para un usuario doméstico medio (tarifa 2.03, con una potencia contratada de en torno a 5 KW y un consumo de 200 kilowatios/hora al mes) un incremento de alrededor de un euro mensual en el recibo.
El incremento previsto a partir del 1 de enero, pendiente no obstante de las negociaciones con las empresas, está muy lejos de la recomendación que aprobó a principios de noviembre la CNE. El organismo propuso entonces al ministerio que elevara las tarifas integrales -las que afectan a los usuarios domésticos- hasta un 31% con el fin de acabar con el déficit tarifario que lastra el sistema. La CNE añadía que, de no poner freno al desfase entre ingresos por tarifas y costes del sistema, el déficit tarifario podría elevarse en otros 7.000 millones de euros en 2009.
En cualquier caso, los escenarios de subidas diseñados por los técnicos del departamento que dirige Miguel Sebastián, se quedan también, en principio, lejos de las reclamaciones de las compañías. Las empresas, en las negociaciones que llevan a cabo con el Gobierno, solicitan subidas continuadas de las tarifas, de al menos el 7% anual, durante cuatro años.
Aparentemente, Industria no está dispuesto a asumir el coste de tal medida. La crisis arrecia, el consumo cae y el precio de la luz es un tema políticamente sensible. Aunque lo cierto es que la subida del 3,5% prevista para enero no agota los márgenes para subir más los precios a lo largo de 2009 si la situación económica mejora y si las empresas aceptan algún sacrificio en el esfuerzo de limpiar las cuentas del sector.
Porque la subida que se aprobará este mes corresponde a la primera revisión trimestral que Industria puede aplicar en el próximo ejercicio. En sus manos, como sucedió en 2008, está la decisión de subir las tarifas una vez, dos, tres o cuatro. En el año que está a punto de finalizar, el Gobierno aprobó dos subidas. Una en enero y otra en julio. Para la mayoría de los 25 millones de consumidores, las dos revisiones (3,3% y 5,6% de media) supusieron un aumento notable en la factura. Para el consumidor medio, la subida acumulada llegó al 11%.
Pero el déficit que arrastra el sector aprieta tanto que casi ahoga. De los 16.500 millones de déficit acumulado hasta 2008, 12.994 millones están pendientes de pago. El problema es que esa cantidad, que debería ser colocada en el sistema bancario a cambio de un determinado interés, e ingresada de forma efectiva -no en forma de anotación contable- en las cajas de las compañías, se mantiene en el limbo.
En las últimas subastas del déficit que gestiona la CNE, los bancos, presionados por la crisis de liquidez, no han pujado. De ahí que una de las reclamaciones de las empresas eléctricas sea que el Estado se moje y conceda más respaldo -garantías- a esa deuda.
Por todo ello, Industria parece haber apostado por el pragmatismo. Las tarifas subirán en el entorno de la inflación a principios de año como media y, en el futuro, ya se verá. Todo dependerá de cómo discurran las negociaciones que Sebastián ha mantenido con los primeros espadas de Iberdrola, Endesa, Unión Fenosa e Hidrocantábrico.
Liados en el déficit
El ministro de Industria, Miguel Sebastián, tiene entre sus manos una de las patatas más calientes del sistema energético. Quiere arreglar el déficit tarifario, un agujero negro creado en la época de los Gobiernos del PP. Y quiere hacerlo cuando arrecia la crisis y en pleno proceso de desaparición de las tarifas reguladas, lo que sucederá en julio de 2009 excepto para los usuarios domésticos que se acojan a la Tarifa de Último Recurso (TUR).
Con ese fin, Sebastián negocia con las empresas qué sacrificio le corresponde a cada parte. Por ahora, lo único claro es lo que les corresponderá a los usuarios: pagar más por la luz y procurar seguir los consejos ministeriales para ahorrar. El resto está por concretar. Industria quiere que las empresas acepten algún tipo de quita. Por su parte, las empresas, además de precios más caros, reclaman que el Gobierno limpie la tarifa, asumiendo en los Presupuestos partidas como las primas a las renovables y que rebaje la fiscalidad de la electricidad.
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