Consejos tecnológicos
Varios ex directivos de Colt se hacen un hueco en la consultoría de 'telecos'
Sabían de tecnología y sabían de telecomunicaciones, pero no tenían mucha idea de gestión de empresas. ¿Hacía falta montar un negocio? Antoni Ibáñez dice que él y su amigo Cristóbal Escoda se decidieron a poner en marcha la pequeña compañía que hoy pilotan, Nae, porque "querían volver a ser felices en el trabajo". Aseguran ambos que habían saboreado la felicidad profesional en la multinacional Colt Telecom, cuando ésta funcionaba en cada ciudad casi como un modelo de negocio autónomo, con su propio poder de gestión, como una franquicia. Pero fue en ese mismo operador británico, a medida que fue creciendo y el esquema inicial de autonomía se fue desdibujando, donde, pasado el tiempo, fueron menos felices.
El plan de negocio de Nae prevé un salto de tres a 50 millones en cinco años
"Queríamos recuperar ese modelo de gestión que de algún modo habíamos vivido, porque nos dimos cuenta de que los modelos basados en las personas acaban revirtiendo en el negocio, la motivación de un empleado se acaba traduciendo en calidad de su trabajo, de modo que aumenta su productividad y, así, la competitividad de la empresa", explica Ibáñez.
Una vez despejadas las motivaciones, Nae surgió hace cuatro años al aplicarlas a los conocimientos que eran el fuerte de ambos ex Colt: una consultoría en nuevas tecnologías. Bajo ese epígrafe, aparentemente nada nuevo que no existiera ya, bajo el paraguas de pesos pesados del sector como Accenture, AT Kearney, McKinsey, Cap Gemini, Everis... Y sus dos cofundadores acaban de cumplir los 32.
"Sí, es cierto que la competencia es brutal y que existen muchas consultoras tecnológicas con un elevado reconocimiento, pero detectamos un agujero importante en el mercado para la consultoría operativa", añade. Lo que significa que el trabajo de la firma no culmina con un informe sobre los pasos a seguir por el cliente, sino con la vocación de integrarse en éste para acompañarle en el desarrollo e implementación de proyectos con una componente tecnológica importante, de modo que se traduzcan en resultados.
La firma, que en su primer año de vida tuvo unas ventas de 380.000 euros y ganó 30.000, cerrará este ejercicio, cuatro años más tarde, con tres millones de facturación y un beneficio aproximado de 450.000. "Fue un cambio sustancial vivir con un sueldo de 900 euros al mes después de haber ganado tres o cuatro veces más en una multinacional, pero claro que valió la pena", añade Ibáñez.
El rápido recorrido de Nae, con sede en Barcelona, explica el reciente fichaje estrella de Ginés Alarcón, una de las caras más conocidas en Cataluña de las telecomunicaciones y las nuevas tecnologías. Además de compartir con sus nuevos socios la condición de ex Colt, Alarcón acumula experiencia en cargos directivos en el sector financiero, en BT España, DMR y, en la última etapa, como primer ejecutivo español de T-Systems, la filial para empresas de Deutsche Telekom.
"Después de pasar por una multinacional, lo que realmente me hacía ilusión era un proyecto propio, donde la autonomía fuera clave y donde las personas tuvieran experiencia y conocimientos sólidos del sector y de la tecnología y que se sientan comprometidas y motivadas", comenta Alarcón, nombrado presidente en mayo. El nuevo máximo responsable ha tomado un 15% del capital de Nae, que sigue controlada de forma mayoritaria por sus dos cofundadores ya citados, más otros dos socios que trabajan en la empresa desde sus inicios en 2004.
La nueva etapa va pareja a un plan estratégico que prevé alcanzar los 50 millones de euros de ventas en los próximos cinco años, en la que la plantilla, que hoy suma 34 personas, aspira a multiplicarse hasta sumar 500 empleados.
En estos tiempos de crisis dura, escuchar hablar de estas proyecciones de negocio (multiplicar por 13 las ventas en cinco años) suena poco realista. "Es un objetivo, una referencia. Podemos subir una montaña de 5.000 metros, pero si al final nos quedamos en 4.000 y en lugar de sumar 500 personas sumamos 450, estaremos sin duda igual de satisfechos", dicen.
Lo que cambia la crisis es la naturaleza de los proyectos en los que se trabaja: antes predominaba la creación de nuevos productos y tecnologías, tipología de proyectos que se ha visto "duramente afectada" por la crisis, admite Nae, a la que, sin embargo, se le acumula el trabajo en proyectos para optimizar costes, recursos o procesos, además de para la externalización de actividades.
Alarcón explica por dónde pasan los dos vectores de crecimiento: por una parte, abrir el abanico de clientes, y por otra, "pensar en grande" y aprovechar oportunidades para dar el salto al mercado exterior. Respecto a los clientes, el grueso del negocio actual de Nae lo aportan operadores del sector como Orange, BT, Ono o la propia Colt. La firma hace ya sus pinitos trabajando para la Administración y ve su oportunidad futura en los proyectos para empresas en general. La experiencia y el entramado de relaciones del nuevo presidente, que también es vicepresidente de la audiovisual Lavinia, puede resultar útil a Nae en este cometido.
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