MÁS LUJURIA ADOLESCENTE

ÉSTA es la verdadera magia de la televisión: fuera son las ocho de la mañana, el paisaje es de frías naves industriales en San Sebastían de los Reyes, Madrid, y hay una temperatura invernal de dos grados. Dentro, hay jolgorio en el aula de una de las escuelas "más prestigiosas del país", el instituto Albéniz, llena de jóvenes guapos y despiertos. Se graba HKM, la apuesta juvenil de Cuatro para la sobremesa. Entre cables y decorados caminan una chica con un colgante de oro con el símbolo del dólar y llamativos pendientes, y otra, con una blusa de cuadros, cabello hidratado y calcetines altos. Aquí no vale el subtexto: ¿quién es la chica de extrarradio que llega a la carísima escuela en busca de un sueño y quién la pija pérfida que se interpondrá en su camino cuando ve cómo los ojos azules de su novio se van detrás de la nueva? Sara Da Pin Up es la primera y el rostro más reconocible de los tres protagonistas gracias a su carrera musical, de la que pone bastante en el personaje. "Me llamó la atención que en la tele quieran poner a una tía que sabe rapear y a la que le gusta el hip-hop, pero que no va con la gorra de lado y el chándal Adidas", explica durante un descanso en la grabación. "Existe un concepto excluyente del rapero: si eres rapero no te gusta nada más. Esta serie refleja una idea mucho más heterogénea: a una persona creativa, despierta ante lo que le rodea y con ganas de aprender y mezclar cosas. A eso debería tender la sociedad, a absorber un poco de todo, mezclar y no ser cerrados y tener que calificarse: 'soy rapero o soy popero'. Mola que la protagonista sea así porque así me gustaría que fuese la gente".

HKM se une así a una larga lista de series, en la que ya figuran Un paso adelante o Rebelde way, que luchan por llevarse la parte más grande del pastel: no sólo tener audiencia, sino, llegado el caso, vender discos y atraer al público a los conciertos de sus protagonistas. "Hoy en día todo es multiplataforma", explica el productor ejecutivo Jacobo Bergareche. "Todos nuestros personajes tienen perfiles en Tuenti, Facebook y MySpace. Y nos gustaría hacer un show con la serie, dependiendo de la suerte que corra". Sobre la mesa de su despacho llama la atención el DVD americano de la primera temporada de The Hills, exitoso reality de MTV que narra las aventuras y peleas de gatas que la estrella adolescente Lauren Conrad atraviesa cuando llega a vivir a Los Ángeles. ¿Es una inspiración? "Las series americanas refrescan y abren los ojos, pero también producen muchos anhelos. La serie que reivindicamos y a la que nos enganchamos todos, por lo menos nuestra generación, fue Al salir de clase. Fue el primer diario juvenil español que funcionó, creó escuela y una cantera de actores", opina Bergareche. De los tres protagonistas, ella es la única que se muestra un poco reacia a la fama que podría conllevar el éxito masivo de HKM. "En la serie parezco mucho más pequeña, así que tengo la esperanza de que nadie sepa que soy yo. Si me meto en un berenjenal, podré decir que es mi hermana pequeña". "No estoy muy segura de que a los espectadores vaya a gustar mucho mi personaje, aunque tenga su corazoncito", explica Ana Rujas, la mala, caracterizada con un un aire a la Blair Waldorf de Gossip girl. ¿Otra inspiración? "Gossip girl tiene una mala de lujo", opina Bergareche. "Las malas enganchan, son el obstáculo para que se realice el amor y la gente cumpla sus sueños. Encima deben ser bien guapas y tenerlo todo. Nosotros nos hemos esmerado en que nuestra mala tenga clase, elegancia, sea guapa a rabiar y esté bien vestida. Pero Gossip girl...". Continúa después de una pausa: "¡Ya me gustaría a mí hacer Gossip girl!".