"Trabajaré para el mejor"

Víctima de un lapsus -trabajo para Freud, ¿en qué estaría yo pensando?- camino del sur de Tenerife, Lance Armstrong contó que había visto en el avión que le llevaba de Niza a la concentración del Astana la película En el vacío, que en realidad se titula Tocando el vacío. Fue la víspera de un día ajetreado, que comenzó quedándose dormido, que continuó pedaleando en las faldas del Teide por primera vez con el equipo que le arropará en su regreso al ciclismo tras tres años de ausencia y haciendo surf en la ola del kilómetro 16 de la isla y que terminó anunciando, vía entrevista telefónica con un periodista de Associated Press, que sí, que correrá el Tour 2009. "La posible agresividad de los aficionados franceses no me va a privar de hacer mi trabajo", dijo Armstrong. "Ni me impedirá extender mi mensaje [la lucha contra el cáncer]".

No se sabe, porque no se ha hecho público, si entre medias el ganador de siete Tours (1999 a 2005) tuvo tiempo de hablar con Alberto Contador, pero sí que al anunciar su retorno se acordó del ganador del Tour de 2007, quien, aún fastidiado por su reciente operación del tabique nasal, ni salió a pedalear ni mucho menos a jugar con las olas. "Estoy comprometido a trabajar para el mejor", dijo Armstrong, de 37 años, en referencia a la posibilidad de tener que asumir en el Tour el papel de gregario. "Nos sometemos al mismo código: aunque queramos ganar siempre, el ciclismo es un deporte de equipo". La humildad de Armstrong está alimentada por las dudas: en 2009, por primera vez en su vida, correrá el Giro, en mayo, antes del Tour, y no sabe si su organismo se habrá recuperado para la ronda francesa.

El Tour será, previsiblemente, la única carrera en la que coincidan Contador y Armstrong, que cuentan con una agenda paralela. El tejano debutará en enero en el Tour Down Under, en Australia, y continuará con la Vuelta a California, el Critérium Internacional, en Francia, y las clásicas Milán-San Remo y Tour de Flandes. Después, el Giro. El chico de Pinto debutará en la Vuelta a Valencia, si finalmente no se suspende por falta de patrocinio, en la última semana de febrero, y continuará con la París-Niza, la Vuelta a Castilla y León, la Vuelta al País Vasco, la Flecha Valona y la Dauphiné Libéré, antes del Tour, su único gran objetivo del año.

Cuando en septiembre, Armstrong anunció su regreso en Vanity Fair, en todo momento dejó claro que volvía para correr el Tour, la carrera de la que posee el récord de victorias. Sin embargo, un mes después, dejó caer que dado que "no se sentía bienvenido", podía no retornar a la grande boucle, al tiempo que se comprometía con el Giro del centenario. "Tendremos que hablar con la familia Amaury, los propietarios del Tour", dijo Johan Bruyneel, mánager del equipo. Aunque no ha trascendido, tal reunión ha podido tener lugar la pasada semana, que Armstrong pasó en Francia. Contador, quien después de las dudas iniciales parece convencido de que la cohabitación es posible, siempre ha dejado claro -y exigido- que él, un campeón en la flor de la vida, cumple el sábado 26 años, no trabajará para ayudar a otro a ganar el Tour.