El Madrid está roto
El Getafe consigue su segunda victoria en casa tras sorprender al principio de cada tiempo a un rival sin juego
El Madrid no tiene sostén. Los incentivos económicos extras no ocultan otras carencias. El problema no es de caja, es deportivo. Sin el BATE Borisov al frente, de vuelta a la Liga, despachó en Getafe un partido funcionarial, deprimente por momentos ante un rival de talla justa que a punto estuvo de golearle. A este Madrid le falta hueso. Pierde puntos, no tiene fútbol, en su plantilla hay muchas rebajas y ya no sólo despiertan dudas los futbolistas, el técnico, el director deportivo o el presidente. Ahora también quedan en entredicho el cuerpo médico y los instructores físicos.
No sirve de excusa, pero en el Coliseo, en la primera media hora, se rompieron Sneijder y Torres, dos chicos que en tres meses de competición ya han tenido tiempo de lesionarse, reaparecer y de nuevo quedar convalecientes. La enfermería blanca está repleta y no todo puede ser a causa de algún extraño vudú.
GETAFE 3 - REAL MADRID 1
Getafe: Abbondanzieri; Contra (David Cortés, m. 59), Cata Díaz, Mario, Licht; Granero, Polanski (Celestini, m. 73), Granero, Gavilán; Albín y Soldado (Uche, m. 62). No utilizados: Jacobo; Belenguer, Ibrahim Kas, Rafa, Sousa, Adrián y Mario Cotelo.
Real Madrid: Casillas; Torres (Michel Salgado, m. 35), Sergio Ramos, Pepe, Marcelo (Bueno, m. 75); Sneijder (Van der Vaart, m. 17), Gago, Guti; Raúl, Saviola y Drenthe. No utilizados: Dudek; Metzelder y Javi García.
Goles: 1-0. M. 2. Albín cabecea un centro de Gavilán. 2-0. M. 47. Albín, tras un contragolpe, anota por el palo corto. 2-1. M. 55. Guti asiste a Saviola, que marca por la escuadra. 3-1. M. 82. Uche culmina otro contraataque.
Árbitro: Pérez Burrul. Amonestó a Albín, Pepe, Van der Vaart, Michel Salgado, Sergio Ramos y Cata Díaz.
Unos 9.000 espectadores en el Coliséum Alfonso Pérez.
Lesionados Sneijder y Torres, también está en entredicho la preparación física
Las dudas contagian hasta a los más fiables: Casillas se ha vuelto terrenal
En Getafe, como compensación a la mala fortuna con las bajas, el Madrid tuvo el auxilio de Pérez Burrull, que, junto a sus asistentes, se hizo el longuis en dos clarísimos penaltis cometidos por Casillas a Granero y por Sergio Ramos a Soldado y en un empujón de Pepe a Uche que era expulsión o expulsión.
Tampoco Schuster previó remedio alguno. Con tantos jugadores en el ambulatorio y vista la racha, el alemán ni siquiera completó la convocatoria con los 18 alistados que permite el reglamento. Cualquier cosa antes que echar un vistazo al Castilla. Así transita este convulso Madrid.
Ni las dos pifias arbitrales destemplaron al conjunto de Víctor Muñoz, al que le bastó su pujanza en los inicios de cada tiempo. A los dos minutos, una excelente jugada de Gavilán por la orilla izquierda concluyó con un poderoso cabezazo de Albín ante la pasividad de Gago, que hizo de estalactita. Antes de cumplirse el segundo minuto del siguiente periodo, de nuevo por el costado derecho de la defensa blanca, Albín sentó a Casillas. Literalmente. Su remate al palo del portero madridista tras un largo maratón se estampó en la red con el guardameta fuera de foco. A este Madrid, ni Casillas, el menos sospechoso, le funciona. Una mutación que parecía imposible, que este milagrero se volviera terrenal. En el fútbol, las dudas contagian hasta a los más fiables.
Entre gol y gol, el Getafe capeó el partido. Ante un Madrid tan previsible, los azulones quisieron anestesiar en exceso el juego. Es un equipo arrítmico, al que le falta decisión. Se tapa más de la cuenta con el viento a favor.
Enfrente, el cuadro de Schuster no encontró respuestas. Tiene pocas, muy pocas. No rema por los extremos y por el embudo, sin Sneijder, sólo Guti puede dar alguna puntada. A Van der Vaart, relevo de su compatriota, sólo se le espera con la pelota detenida o en algún disparo desde el balcón del área. El juego no va con él, no es asunto suyo. Un lastre para un equipo que necesita gobierno, que palidece cuando no tiene el balón.
La indecisión del Getafe mantuvo al Madrid con hilo. El grupo de Víctor Muñoz envidó a todo a alguna contra y pudo cerrar así el partido, pero concedió tanto paisaje al Madrid que permitió a su adversario acercarse al perímetro de Abbondanzieri.
En una de ésas, Cata Díaz regaló el balón a Guti, que adivinó el desmarque frontal de Saviola, que de un punterazo certero devolvió al Madrid al partido. Ni aun así reaccionó el equipo de Schuster, frustrado finalmente por Uche.
Si el segundo gol getafense se había originado a raíz de una falta a favor del Madrid en campo contrario, el que selló el resultado tuvo el mismo preámbulo. Tras un córner a favor, el conjunto madridista concedió la sentencia definitiva. Albín, el mejor de la noche, se atrajo a los dos cierres madridistas, esperó la llegada de Uche por su izquierda y éste crujió de nuevo a Casillas, esta vez sin solución posible.
Un gol que permitió al Getafe lograr su segunda victoria en casa en toda la Liga (la anterior fue ante el Valladolid), lo que subraya el papel de este Madrid que había maquillado la tormenta con dos pírricas victorias ante el Recreativo, colista del campeonato, y el BATE Borisov en la Champions. El Madrid, que pudo terminar goleado, está tocado, muy tocado. Está roto en todos sus departamentos. Y el mercado de invierno nunca ha sido terapéutico.
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