"Es el mejor 'pívot' al contraataque"

Bramaban los 18.997 espectadores en el Staples Center. Kobe Bryant se había enroscado la pelota en la espalda y encontrado en un contraataque espectacular a Pau Gasol para que éste se colgase del aro. El partido se había roto. Desde un 38-38, los Lakers habían culminado un parcial de 19-2 sobre los Chicago Bulls, a quienes acabaron ganando por 116-109.

Dos conclusiones: los jugadores angelinos hicieron caso a su técnico, Phil Jackson, cuando les pidió jugar más con los hombres altos (64 de los 116 puntos de los Lakers fueron anotados por jugadores interiores). Y, sobre todo, Gasol había contestado sobre la pista a Jackson, que le reclamaba tirar más; el pívot español anotó 18 de los primeros 22 puntos de su equipo (7 de 9 en tiros de campo) y finalizó con 34, su mejor marca del curso.

"Mis compañeros me encontraron con facilidad. Corrí bien, tiré bien... Me sentía cómodo y estuve efectivo", afirmó Gasol, que ya había anotado 30 puntos antes de finalizar el tercer cuarto. El pívot de Sant Boi fue quien más balones se jugó en su equipo -21 lanzamientos, por 18 de Kobe-, la mayoría culminando transiciones rápidas, una virtud, la del español, que puede explotar mejor después de que Bynum, recuperado de su lesión, le haya liberado de la posición de center. "Posiblemente Pau sea el mejor pívot en la NBA corriendo al contraataque", reconoció Bryant en el vestuario. "Es que todo resulta más fácil cuando jugamos de dentro hacia fuera", apuntó Gasol; "pero debemos mejorar la defensa. No podemos ceder 110 puntos en un partido".

Gasol, con una media de 17,6 puntos en su octava temporada en la NBA, lidera a los Lakers en minutos (35m 12s por partido) y en rebotes (10,1). Unas cifras que, añadidas al mayor impacto mediático de la franquicia californiana sobre su anterior equipo, los Grizzlies -en Tennessee logró su mejor marca anotadora, 44 puntos, ante Seattle el 28 de marzo de 2006-, serán dos factores que empujan su candidatura para su segundo All-Star, en Phoenix, el 15 de febrero.