Un penalti absurdo salva al Athletic

Si se trataba de pasar la eliminatoria, misión cumplida. Nada que objetar: 2-0 en casa y 2-1 fuera. Prueba superada. Hace demasiado tiempo que el rey de copas no figura en la baraja. No es que esté trucada, es que se ha borrado. Ayer el Athletic vivió noqueado tres cuartas partes del partido, apabullado por su incapacidad ofensiva y por errores defensivos que abochornarían a un juvenil. En media hora, el Recreativo le había endosado dos goles, uno de falta que cabeceó Acalé en el segundo palo, sólo, aburrido, casi desganado. El segundo fue aún más doloroso. Ersen Martín cabeceó... un saque de banda. Surgió por detrás de Javi Martínez y ¡zas!

No se adivinaba nada bueno para un Athletic que remató por primera vez a portería en el minuto 54. Pero el Recreativo, que dominó el choque, sin aspavientos, pero con soltura, también tenía su cruz. Una tontería del portero Roberto concluyó en penalti inevitable a Llorente que transformó el delantero rojiblanco, único baluarte ofensivo del equipo bilbaíno. Era el segundo disparo a puerta Y con eso bastó. Sin más.