Un pozo sin fondo
El Atlético no recibía 16 goles en las ocho primeras jornadas desde hace 54 años
El Atlético cerró su "dinámica de mierda" en la cuesta de octubre salvando un punto a última hora en Vila-real. "Demostramos nuestro espíritu de lucha", proclamó Javier Aguirre, el autor de la cita escatológica. Las altas esferas del club, "indignadas por haber rascado un empate por tres derrotas frente a rivales directos", no comparten sus impresiones. "Parece que, después de todo, nos deberíamos contentar con el resultado, pero no es así después de haber ido ganando por dos goles de ventaja", reflexiona un directivo.
El gesto del yuppie rojiblanco empeora cuando echa un vistazo a los números de la defensa. Hay que remontarse a los oscuros años de la posguerra para comprobar la inestabilidad de la última línea, que ha concedido 16 goles (nueve Coupet y siete Leo Franco) en las ocho jornadas disputadas. El Sporting, que se hizo el harakiri frente al Barça (1-6) y el Madrid (7-1) "por ser valientes y jugarles de tú a tú", según su preparador, Manolo Preciado, es el conjunto más batido (21), pero es el que tiene menos presupuesto de Primera. El del Atlético asciende a 120 millones de euros.
Aguirre lleva ya siete alineaciones distintas en la defensa
"Pues, mira, por ser valientes, hacía 54 años que no se recibían tantos goles...", consideran en los despachos del Manzanares, donde opinan que Aguirre se ha "atragantado" con el Himalaya que deben afrontar todos los contendientes (Sevilla, Barcelona, Madrid y Villarreal, por este orden). El entrenador mexicano empeoró los registros de Joaquín Quincoces a mediados de los años cincuenta. Las Palmas y Barcelona (4), Málaga, Racing, Athletic y Valladolid (2) y Deportivo (1) desquiciaron entonces con 17 dianas a Menéndez y Riquelme, los porteros. Desde el Atlético insisten en "no hacer demagogia": "¿O es que ahora la gente va a reclamar a Pablo como titular?". El año pasado, con el zaguero manchego y Perea de protagonistas, la portería llevaba siete tantos a estas alturas.
"Por unas cosas y por otras, en las últimas semanas no hemos sido competitivos", asumen en el vestuario, donde se declaran "mareados" por los cambios en la medular: "Contra el Madrid se renunció a los extremos; contra el Liverpool entró Camacho, que no había jugado desde mayo, y en Vila-real se pobló el centro del campo con cinco futbolistas. No ha habido continuidad".
Por no hablar de la defensa. Aguirre ha dispuesto siete zagas diferentes en los ocho encuentros disputados. Seitaridis no termina de cuajar y su posición la cubre incluso Perea, que ha declarado sentirse "incómodo" en la banda. A su vez, Ujfalusi y Heitinga, la pareja que iba a acabar con "las malas sensaciones de atrás", tan sólo han coincidido en tres partidos de Liga. "Han sufrido distintas lesiones con sus selecciones y eso ha repercutido en el equipo", exponen en el cuerpo técnico. Al igual que contra el Liverpool, Aguirre, el domingo, alineó a Domínguez, que debutó el pasado miércoles junto a Perea. En el Madrigal le acompañó Heitinga.
"Él lo ha hecho muy bien. No tiene ninguna culpa de los cinco minutos que hubo, entre el 0-1 de Simão y el 0-2 de Forlán, en que el Villarreal nos dio un repaso antes de la expulsión de Banega. ¡Qué forma de tocar!", abunda un miembro de la plantilla. Undiano Mallenco sacó la roja a los 37 minutos al medio argentino. "Si fuera por evitar un gol lo podría justificar, pero la suya y la de Perea contra el Madrid fueron lejos de la portería", lamenta Aguirre.
Ni él ni sus jugadores ven una explicación a sus "regalos" en los primeros minutos. "Mira que lo hemos hablado y... nada", resumen cuando les recuerdan que el Atlético ha recibido nueve goles en la primera media hora. "En el descanso hablamos de cómo preparar la segunda parte porque, a pesar del 0-2, el Villarreal, con un jugador más, lo iba a dar todo. Y en apenas 15 minutos nuestro gozo se fue al pozo", asiente Aguirre. "Pues... eso, parecemos un pozo sin fondo", entremezclan ironía y resignación en el vestuario.
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