Gotzon Gárate, el filólogo de la naturalidad
Escribió una treintena de libros en euskera
Con el fallecimiento del profesor Gotzon Gárate -ayer, en la residencia de los jesuitas de la Universidad de Deusto, tras varios meses de lucha contra el cáncer-, la lingüística y la literatura vascas pierden uno de sus grandes nombres propios. Nacido en Elgoibar en 1934, el pasado 1 de septiembre celebró su último cumpleaños, el número 74. De carácter extremadamente amable y educado -como correspondía a su estricta formación jesuita-, Gárate defendió con vehemencia, y siempre desde el mundo de la razón y de las ideas, la identidad y el futuro del pueblo vasco.
Testigo de la represión sufrida por la cultura vasca durante el régimen franquista, Gárate empezó a escribir en euskera con apenas 21 años de edad, en las pocas revistas, generalmente adscritas a la Iglesia católica, que la dictadura permitió publicar en este idioma.
En 1967, Gárate dio comienzo a un insólito viaje hacia lo más profundo del mundo vasco, con largas estancias en distintas zonas rurales de Euskadi, Navarra y el País Vasco francés, donde recogió más de 17.000 locuciones tradicionales. Pasados los años, todo ese material recopilado le serviría de base para la elaboración de títulos esenciales como Erdarakadak (Castellanismos) o Atsotitzak (Refranes).
En total, ha dejado tras de sí una treintena de libros en euskera, donde destacan sus estudios teóricos sobre Marx, Mao, Lenin, Rosa Luxemburgo, y aspectos concretos de la ideología marxista, como el concepto de nación y el derecho a la autodeterminación.
No en vano era un hombre de gran preparación intelectual: doctorado en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid, licenciado en Teología por la Universidad de Innsbruck (Austria), licenciado en Filología Románica por la Universidad de Deusto y especializado en marxismo por la Universidad de Friburgo (Suiza).
Es considerado también el padre de la novela policiaca en euskera, con títulos como Izurri berria (La nueva peste), que le hizo merecedor en 1981 del premio de novela que anualmente otorga la Academia de la Lengua Vasca. También es autor de Euskal elaberrien kondaira (Historia de la novela vasca) y de varios libros de cuentos y de reportajes, como New York, New York e India harrigarria (India fascinante).
En el ámbito de la docencia, impulsó en 1976 la creación de la carrera de Filología Vasca en la Universidad de Deusto, donde trabajó durante años como catedrático. También fue profesor de marxismo, en las facultades de Historia y Sociología, y en la Universidad Comercial.
Frente a las corrientes puristas anteriores y posteriores a la Guerra Civil, que pretendían despojar al euskera de cualquier préstamo lingüístico, se alzó como un acérrimo defensor de la naturalidad en el uso del idioma, extremo que llevó a la práctica en todas sus obras literarias.
Hace tres años, la Feria del Libro de Durango, considerado el máximo escaparate anual de la cultura vasca, le hizo entrega del Premio Argizaiola por su gran trabajo de investigación y promoción del euskera.
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