Un líder con tiempo para cuajar

Jorge Alarte inició ayer su andadura como secretario general del PSPV con un discurso en el que puso de relieve dos de sus características personales: audacia y falta de complejos. Optó por la improvisación -renunció a los papeles- y se marcó unas metas aparentemente muy altas para quien sale de un congreso con el socialismo valenciano dividido casi por la mitad.

"Hoy empezamos el trabajo para desalojar a la derecha y recuperar el Gobierno", prosiguió Alarte. "Que sepa Camps y la derecha que hoy abrimos un nuevo tiempo de cambio. Le vamos a hacer una oposición implacable", advirtió.

Y, aunque nadie se lo pidió, Alarte dijo más: "Nos tenemos que dirigir a los valencianos para que en 2011 tengamos un millón y medio de votos". En las últimas autonómicas, el PSPV logró 840.000 votos.

La nueva Ejecutiva estará dirigida por diez hombres y cinco mujeres

"Vamos a hacer una oposición implacable", dice el secretario general

"Vamos a ganar la calle", sentenció el flamante secretario general que apostó por poner el PSPV al servicio de los valencianos. Y para conseguir su objetivo Alarte ofreció la siguiente receta: 1. "Explicar a los valencianos que vamos a hacer propuestas positivas" 2. "Demostrar que estamos preocupados por los temas importantes, los que afectan a las personas y que son responsabilidad de la Generalitat. Y 3. "Vamos a hacer el cambio dialogando con la sociedad, con complicidad".

Ésos son los mimbres que mostró ayer Alarte en su discurso ante el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE. Un José Luis Rodríguez Zapatero, que realizó su propio diagnóstico de la intervención de Alarte ante el plenario: "Teneís tiempo, ganas se os ve en la cara y, otra cosa que no os va faltar, será mi apoyo pleno y el de la dirección federal". Aunque Zapatero alertó al nuevo secretario general del PSPV: "Es verdad que el objetivo es ganar en la Comunidad Valenciana, pero igual de importante es que tengamos un proyecto que coincida con el tiempo que vivimos y los valores que representamos".

El diágnostico de Zapatero no andó muy lejos del que hicieron los propios delegados, que ven en el nuevo secretario general a un "hombre de acción", respaldado por Ferraz y pendiente de "ir construyendo desde ya un proyecto de oposición firme, pero constructiva", como reconoció el propio Alarte.

Lo que quedó claro también, por omisión, es que la ponencia aprobada en el 11 congreso del PSPV no es su proyecto. Ya que el documento, al que Alarte no presentó enmiendas, ha saltado por los aires.

En cambio la Ejecutiva que acompañará a Alarte en el reto de desalojar a Francisco Camps de la Generalitat, sí es la suya. Y cómo tal, fue castigada con un 35% de votos en blanco por parte de los delegados.

La nueva dirección del socialismo valenciano recoge todos los compromisos adquiridos por Alarte para alcanzar la secretaría general. En la Ejecutiva están presentes personas de confianza de José Blanco y Leire Pajín y representados todos aquellos alcaldes y comarcas que le han llevado hasta la cuarta planta de Blanquerías, sede del PSPV. Aunque formalmente, la nueva dirección cumple la paridad de sexos (60% hombres y 40% mujeres), las áreas ejecutivas estarán controladas mayoritariamente por varones (10 hombres y 5 mujeres).

Otra de las características de su "equipo valiente, de cambio generacional" es que la estructura de la Ejecutiva se limita a copiar la existente en la dirección del PSOE, seguramente por indicación de José Blanco, "un gran experto en política valenciana", según confesó Alarte. Una traslación que deja en manos de José Luis Ábalos una secretaría de Medio Ambiente que, previsiblemente se convertirá en una megacartera de medio rural y marino, agua, territorio, etcétera.

Además, con esta estructura, Alarte renuncia a crear una Secretaría de Comunicación, pese a que esta cuestión ha ocupado una de las tres comisiones de la ponencia marco del congreso del PSPV.