El regreso de la bailarina de fuego
Louise Lecavalier baila en Mercat con un cambio radical de estilo
"Nijinski en tutú", "la bailarina de las piernas de fuego", "la derviche rubia"... La canadiense Louise Lecavalier (Laval, cerca de Montreal, 1958) ha agotado los adjetivos entusiastas y extravagantes a lo largo de su dilatada carrera, sobre todo en la época en que era la musa del coreógrafo Édouard Lock y la figura emblemática de su compañía, La La La Human Steps. Nadie que la haya visto en New Demons o Infante, c'est destroy, habrá olvidado su danza poderosa -¡aquellos giros con el cuerpo suspendido en el aire en horizontal!-, su "fisicidad kamikaze" (¡toma!) en la que se fusionaban el ballet, la acrobacia y una personalidad arrolladora digna de una estrella del pop.
Desde que en 1999 abandonó La La La, Lecavalier ha surcado nuevos caminos, afanosa por experimentar. Ayer presentó en Barcelona el espectáculo que bailará desde esta noche hasta el domingo en el Mercat de les Flors. Is you me, un dúo con Benoît Lachambre (que también dirige), aúna danza con la música en directo de Hahn Rowe y con la obra que el artista plástico Laurent Goldring crea en directo imbricando su trazo con el movimiento de los bailarines mediante proyecciones sobre el escenario.
"Cuando una baila busca su propia soledad", dice la ex estrella de La La La
Con una mochila North Face y baqueteadas zapatillas deportivas, delgada, pálida y ojerosa, lejos de aquella imagen de lozana amazona, Louise Lecavalier, que -el tiempo vuela- la semana próxima cumple 50 años y es madre de gemelas, presentó ayer Is you me, que alude a la búsqueda de la identidad. "Cuando una baila busca su propia soledad", dijo al respecto: una frase tan redonda como sus viejos giros.
De la danza de la obra, sincopada, compuesta de "micromovimientos", Lecavalier admitió que es diferente de sus acrobacias pero resulta también, recalcó, extremadamente física. "Sigo necesitando que me exijan condiciones extremas para subir a un escenario. Esos micromovimientos, que arrancan de las articulaciones, requieren tanto gasto energético como un salto. Y la pasión está igualmente presente aunque la fisicidad sea diferente".
De su salida de La La La, explicó: "Quería algo más. La compañía se había vuelto más clásica, me sentía diferente en el grupo. Quería probar formatos más pequeños. Y bailar junto a Benôit me provoca una gran alegría".
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