"¿A quién pongo arriba?"

Luis Amaranto Perea no se durmió ayer "de milagro" en el entrenamiento del Atlético, según reconoció un compañero del vestuario. El defensa colombiano llegó a las 7.00 a Madrid tras jugar con su selección en Chile, de donde encima salió trasquilado (4-0), y, apenas dos horas y media después, ya estaba correteando a las órdenes de Javier Aguirre. "Estaba sonámbulo en el campo, el pobre no pudo dormir en el avión... Es un contratiempo terrible, porque el vuelo de Seitaridis, el otro lateral, llegó tarde y no se pudo entrenar", expuso el técnico mejicano, que defiende el liderato en Valladolid (20.00, PPV) asolado por las bajas y la incertidumbre.

La baja de Perea no es la más significativa. Aguirre deberá remendar el equipo a conciencia: Forlán y Heitinga tampoco entraron en la lista de 18 convocados. El delantero uruguayo, por desfase horario: aterrizó en Barajas a las 13.30 -la misma hora a la que llegó Agüero, cuyo vuelo salió cinco horas más tarde que el que desplazó a Messi a Barcelona-, después de que una tormenta retrasara su avión desde Montevideo, en el que también iba Guerrón, el centrocampista del Getafe. El central holandés, debido a unas molestias musculares después de abrir el marcador con su selección en Macedonia (1-2).

"No son los únicos que me preocupan, porque, por ejemplo, Ujfalusi también llegó con una rodilla inflamada. Durante su estancia con la República Checa las molestias le impidieron entrenarse cuatro días", expuso Aguirre, que, fiel a la tradición, adelantó el once inicial. "Coupet; Seitaridis, Heitinga [entonces no conocía la gravedad de la contusión del neerlandés], Ujfalusi, Pernía; Assunção; Maxi, Maniche, Simão...", dijo de carrerilla Aguirre, como si recitara la cartilla. Pero, de pronto, a la hora de nombrar a los puntas, se detuvo: "Y delante, no tengo ni idea. Tengo que elegir entre el Kun, Forlán [no lo descartaba a las 11.00], Sinama o Luis García. ¿A quién pongo arriba? Bueno, es lo que tiene la alta competición. Es un problema sabroso". Mientras, ajeno a la preocupación del cuerpo técnico, Sinama-Pongolle supervisaba con Simão los arreglos de su Aston Martin.

Al frente de un equipo "en el que no hay suplentes ni titulares", el preparador del Atlético aspira a que el líder de la Liga "sea protagonista dentro y fuera de casa". "Sé que en dos años no le he conseguido. A veces damos unos bandazos terroríficos fuera, tenemos que ser un equipo con una identidad fuerte", reconoció sin tapujos. Una identidad golpeada a las primeras de cambio por las lesiones y el jet-lag. "¡Buff! A Perea le vi fusilado", asintió Aguirre todavía impresionado.