Porteros de área grande
Guardiola exige a los metas del Barça que actúen como libres para presionar más al rival
Acostumbrado a tirar de oficio y jugarretas, el Boca Juniors apretó al Barcelona en el Trofeo Gamper. Aunque los azulgrana ganaron al final (2-1), el aficionado se marchó mosqueado porque el equipo no destiló el juego ofensivo y acertado de la pretemporada. A Pep Guardiola, sin embargo, le encantó la encrucijada que le presentó el equipo argentino, la táctica de presionar arriba para rebajar y desestabilizar la salida de la pelota adversaria. Fue una práctica magnífica para Pinto, bajo los palos, que actuó de libre. Como Valdés ante el Wisla en la ida de la fase previa de la Champions-la vuelta se adelantó ayer al 26 de agosto-. Como lo exige el nuevo técnico.
Guardiola tiene reminiscencias cruyffistas. Ante el Boca utilizó el 3-4-3 al tiempo que obligó al guardameta a cerrar la defensa. "A mí, en 1988, me puso de interior en un partido amistoso porque faltaba gente y para que me acostumbrara a jugar el balón con los pies", recuerda Zubizarreta sobre Cruyff. Tampoco era raro que en los entrenamientos situara a Angoi y Busquets de arietes. Guardiola no lo ha probado todavía, pero sí quiere que los porteros jueguen lejos de su casa. "Ha insistido mucho en la estrategia, en que no se me caiga el larguero sobre la cabeza", desvela Valdés. "Es algo que también hacía el curso pasado en el filial", matiza Pedro. "Nos remarcaba que así ayudábamos en la presión conjunta del equipo", apostilla Planchería.
La última jugada ante el Boca describe la idea de Guardiola: Pinto salva un mano a mano contra un delantero al adelantarse unos metros y el Barça llega al marco rival con igualdad numérica y marca. "Es un trabajo de coordinación con la defensa", detalla Valdés; "de jugar pendiente de los pases largos que van por detrás de la zaga". Así lo entiende Pinto: "Implica tener mucha concentración. Pero, más que tener buenos pies, hay que estar perfectamente colocado, en armonía con los movimientos de los centrales". "También es un ejercicio de confianza hacia los porteros porque dejamos muchos metros a nuestras espaldas", reflexiona Piqué, "y todos los del Barça se desenvuelven de maravilla en estos espacios".
Pero jugar como último defensa implica riesgos. "No podemos quedarnos a media salida", apunta Pinto. "Ni fallar en el corte porque dejamos la portería vacía", añade Valdés. Al vestuario, en cualquier caso, le gusta la táctica. "Es una apuesta atrevida", concluye Iniesta.
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