"Felipe González me marcó"

Poco antes de ser nombrada secretaria de organización del PSdeG, Mar Barcón telefoneó a su madre, que estaba pasando unos días en Ortigueira. "Me dices que tú vas a ser como Pepe Blanco, pero en Galicia. Qué pena que papá no lo pueda ver", le respondió Camila después de conocer la noticia. "Estaría muy orgulloso".

Camila y Pepe, que falleció en 2005 en plena campaña de las últimas municipales, tienen parte de culpa de lo que le está sucediendo a esta política breve de estatura, grande de parlamento y con la fortaleza de una raíz. "Los dos me llevaban de la mano a todos los mítines durante la Transición. Asistí a muchos como el de Santigo Carrillo, pero no podré olvidar el día que me encontré con Felipe González. Me dejó marcada porque hizo un discurso redondo". En su familia no había raigambre política. Las inquietudes familiares afloraron en Ginebra, a donde su padre había emigrado para ganar el sustento de la familia un año antes de que su única hija, que conoció con dos meses de vida, naciese. "Comentaba que él se había dado cuenta de la ausencia de libertad en Suiza durante la celebración del Primero de Mayo al leer una pancarta: 'Libertad para España".

"Mis padres me llevaban de la mano a todos los mítines de la Transición"

"El éxito del PSdeG es que nadie es de nadie. Todos somos de Touriño"

Mar Barcón (Ortigueira, 1963) vivió en Ginebra algo más de dos años y con cinco llegó a A Coruña, ciudad en la que los progenitores decidieron fijar su residencia. Durante la etapa en el instituto Agra, en el que compartió clase de Ética con Ánxela Bugallo, conselleira de Cultura, había sido elegida delegada, pero no se esperaba lo que le iba a deparar el destino. "Fue una casualidad. Un día iba caminando por la calle, me encontré con la sede del PSdeG y decidí subir a afiliarme. Era una época increíble. Me sentaba en las reuniones con Pepe Noguerira, que era el secretario de organización y me decía: 'éste es el que maneja".

Ahora la que maneja es ella. "Me sentí abrumada y contenta cuando me lo comunicó Emilio Pérez Touriño antes del Congreso. Unos días antes me había dicho: 'Te vamos a pedir una responsabilidad muy elevada'. No sabía qué tarea me iba a encomendar. Como si eres futbolista y te ficha el Madrid". Por sorpresa también fue incluida en las listas en 1999. Javier Losada, el actual alcalde de A Coruña, le comunicó que le esperaban tareas de gobierno. Ella era médico en un gabinete de ginecología y peleaba por la legalización del aborto. Pasaron unos meses hasta que Francisco Vázquez le comunicó que iba a ir en las listas en el puesto 15º. "Me encantó el número, porque era el de Epi. Yo en aquel momento colaboraba con el Sondeos, un equipo de baloncesto", recuerda con pasión. El PSdeG consiguió 17 concejales y a ella le encomendaron Servicios Sociales.

Gran aficionada al deporte, lo suyo es un carrerón. Estaba en la dura pelea de la concejalía de Urbanismo cuando recibió la llamada de Touriño. ¿De quién es para llegar tan alto? "El gran éxito del PSdeG es que nadie es de nadie. Todos somos de Touriño, que ha conseguido que el partido pasase de la tercera posición a la primera. Javier Losada y tantos otros no son sólo compañeros, son mis amigos, que se entristecen con mis penas y se alegran con mis alegrías".

Una de las más grandes le llegó el 14 de febrero de 2005, el día que le entregaron en Etiopía a Jorge y a Mateo, dos niños de nueve y ocho meses. "Decidimos adoptar porque queríamos formar una familia. La adopción no es un gesto de generosidad". Su vida es un continuo trasiego. A las siete de la mañana le sacude las sábanas Jorge, "un vitalista, al grito de 'ya he dormido".

Nueve llamadas perdidas se acumulan en su teléfono durante la hora que dura la conversación. "Sé lo que me espera. Sin el apoyo de mi pareja sería imposible". A pesar del trajín, no perdona el gimnasio dos días a la semana. "Cuando no puedo, me castigo con la bicicleta. Y los fines de semana remo durante hora y media con mi pareja por la ría de O Burgo en un kayak". El Pepe Blanco de Galicia, como le dijo su madre, se va a toda pastilla. Ahora ella es la que maneja.