_
_
_
_

Una mujer se queda dos días junto al cadáver de su víctima

La policía la encontró dormitando en un sofá tras matar a un joven en Vigo

El perro deambulando perdido por los jardines de Coia y la falta de respuesta a las llamadas telefónicas alertaron a vecinos y familiares. Los bomberos confirmaron los peores presagios a última hora de la tarde del domingo: José Fernando Benavides Riobó, de 26 años, yacía muerto, apuñalado, en la cocina de su casa. La policía encontró en una inspección subsiguiente a la presunta homicida, Rosa A.D.A, de 35 años, que dormitaba en el sofá del salón, aturdida por la embriaguez. "Tenía que pasar, tenía que pasar", repetía a los agentes. Llevaba dos días en el lugar del crimen. Hoy será puesta a disposición judicial.

Los vecinos del número 38 de la avenida Castelao, donde ocurrió el suceso, trazan un perfil de José Fernando, Choche, con puntos contradictorios. Por una parte lo pintan como "persona formal y muy afable" y, por otra, señalan que las broncas con su madre, con la que vivía, traspasaban a menudo las paredes de su domicilio, en un primer piso de la citada dirección.

El joven trabajaba de pinchadiscos en La Ruina, un pub de la Gran Vía que atiende mayormente a los últimos resistentes de la marcha nocturna viguesa. No hay constancia de que Choche y Rosa tuvieran ninguna relación anterior: se conocieron el viernes por la tarde en un bar de la calle Hispanidad.

La madre de Benavides estaba de vacaciones y el joven aprovechó para ir con la mujer a la casa familiar. Rosa, natural de Uruguay y nacionalizada española, tiene una ficha policial en la que abundan los antecedentes, incluso ha estado alguna vez en prisión. Algunos vecinos oyeron una suerte de riña el mismo viernes por la noche. Fuentes de la investigación policial evitaron ayer concretar los motivos por los que la pareja entró en pelea, aunque todo parece relacionarlos con demandas sexuales a las que la mujer puso un precio. Los dos, por los restos que encontró la policía en la casa, habían consumido mucho alcohol y probablemente otras drogas.

El piso estaba todo revuelto y salpicado en distintas partes por manchas de sangre, reseca ya cuando los agentes entraron a la vivienda. La mujer confirmó a la policía que se habían peleado, aunque no ha trascendido el momento en que eso sucedió. La propia Rosa presentaba varias cortaduras en una mano. El arma homicida, un cuchillo de cocina, estaba en el pasillo, cerca del cadáver de José Fernando, tumbado éste boca abajo, en la cocina, encharcada de sangre. Había recibido tres puñaladas, dos al menos en la espalda.

Llaves inútiles

El perro deambulando por la calle y la falta de respuesta a las llamadas telefónicas determinó a los familiares de la víctima a denunciar el hecho el domingo a la Policía Local, que intentó entrar en el domicilio usando las llaves de un primo. No lo consiguieron, al estar puestas otras llaves en la parte interior de la cerradura. Reclamaron entonces la asistencia de los bomberos, que lograron entrar en la casa por una ventana, sobre las 21 horas. Así se encontraron con el cadáver y pusieron los hechos en conocimiento de la policía judicial, sin reparar que en un sofá de la sala dormitaba la presunta homicida, la cual fue encontrada momentos después, entre botellas de alcohol, por los agentes que acudieron a la llamada. En la propia casa le fue practicada una cura en la mano herida durante la pelea. Después salió esposada, entre gritos hostiles de familiares y amigos de la víctima, que la recriminaban por no coger el teléfono ni abrir la puerta, pese a su insistencia.

El cadáver de José Fernando Benavides Riobó, con tres puñaladas, fue levantado después de la medianoche y trasladado al hospital Nicolás Peña, donde ayer le fue realizada la autopsia, que señalará la hora de su muerte. Ayer mismo estaba previsto su traslado a un tanatorio para ser velado y donde hoy será incinerado.

La presunta homicida será puesta hoy a disposición judicial.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_